Por aquí encontrarás algunos consejos para dejar de fumar

Salud

Pocas cosas son tan complicadas como dejar una adicción, en este caso al tabaco. Requiere mucha fuerza de voluntad, pero también planificación. Si somos capaces de atenernos a nuestro plan, el éxito está asegurado. Eso sí, hay que hacerlo poco a poco.

Para poder dar el primer paso, debemos saber el motivo que nos impulsa a fumar. Lo más habitual es que derive del estrés o de la ansiedad. Sabido esto, es mucho más fácil combatir contra un enemigo reconocible que lanzar cañonazos al aire.

A partir de aquí, sería cuestión de ir poniendo en práctica los siguientes puntos que basamos en experiencias.

Deporte

El estrés y la ansiedad se combaten con el ejercicio aeróbico. Pon una meta: correr 10 kilómetros un día, o 30 a la semana si tu tiempo no da para más. De esta manera, a medida que te acerques a tu objetivo, reduce los cigarrillos al día. Al fin y al cabo, el deporte genera endorfinas y libera tensiones.

Hazlo tú mismo

Un paquete de tabaco, aparte de caro, te lo da todo hecho. Si optas por la variante de liar, te forzarás a hacerlo tú mismo, por lo que habrá ocasiones en las que te pueda la pereza. Los parches solo te harán gastar más dinero, ya que el componente principal para superar una adicción es el psicológico, además de una cierta fuerza de voluntad.

Póntelo difícil

Si consigues fumar como máximo cuatro cigarrillos al día, tendrás más de la mitad del trabajo conseguido. Desde aquí, lo ideal es quedarse en dos. ¿Cómo? En vez del pitillo del comienzo del día, aprovecha para hacer deporte. Ahora bien, no bases el cigarrito como distracción durante la jornada laboral, sino como tu ‘recompensa’ por haber aguantado sin ellos hasta entonces. Este es el primer paso para consolidar el componente psicológico.

Además, ponte como norma no fumar en casa, tampoco en la terraza –si la tienes–. Lo ‘peor’ que puede pasar es que te escapes a tirar la basura. Con esto conseguirás no solo que tu hogar huela mejor, sino que poco a poco tomarás consciencia del olor del tabaco.

Es decir, al espaciar más los cigarrillos, llegará un momento que hasta tú mismo te huelas a tabaco. Será entonces cuando se convierta en cuestión de tiempo que tanto el olor como el sabor de los cigarrillos supongan un obstáculo para continuar el hábito de fumar.

La idea es que el tabaco te vaya abandonando, deje de pertenecer a tu vida, para así dejarlo con el menor sufrimiento posible, de forma natural.

Si consigues fumar como máximo cuatro cigarrillos al día, tendrás más de la mitad del trabajo conseguido. Desde aquí, lo ideal es quedarse en dos. ¿Cómo? En vez del pitillo del comienzo del día, aprovecha para hacer deporte. Ahora bien, no bases el cigarrito como distracción durante la jornada laboral, sino como tu ‘recompensa’ por haber aguantado sin ellos hasta entonces. Este es el primer paso para consolidar el componente psicológico.

La tentación existe; pero puedes con ella

Cabe decir que durante los primeros tres meses es importante contener el ‘mono’, ya que es cuando podremos recaer con mayor fuerza. Ahora bien, pasado ese tiempo, esto se convierte en algo psicológico. Lo mejor es no volver a fumar nunca, eso es obvio. Pero si en alguna ocasión fallas, no hay que derrumbarse, de los errores también se aprende.

Es como seguir una dieta saludable. Si un día en el mes no la saltamos, no significa que hayamos fracasado. Debemos mantener en todo momento la moral alta, la recompensa por lograr nuestro objetivo merece la pena.

No busques sustitutos

Ahora bien, es muy posible que esa ansiedad la vayamos a reconducir por otro lado, muy posiblemente por la comida o por técnicas como la vaporización –que es una manera de autoengaño–. Es por ello que el deporte y un buen autocontrol serán esenciales para lograr nuestro objetivo de la manera más equilibrada y eficiente posible. Al final, notaremos los beneficios de dejar de fumar conforme pasen los días.