Un estudio de resonancia magnética innovador vincula el daño del tronco encefálico con los síntomas prolongados de COVID en los sobrevivientes.
Un estudio reciente publicado en Brain realizó un mapeo de susceptibilidad cuantitativa de campo ultra alto (QSM) del tronco encefálico en sobrevivientes de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) después de la hospitalización.
Se han descrito cambios neurorradiológicos en pacientes hospitalizados con COVID-19. Las microhemorragias cerebrales, las hiperintensidades de la sustancia blanca y la encefalopatía son los hallazgos agudos más frecuentes.
Además, se ha observado afectación del tronco encefálico, con respuestas inflamatorias y neurodegeneración en pacientes con COVID-19.
Se ha propuesto que estas anomalías del tronco encefálico son un mecanismo para el síndrome posagudo de COVID-19 (PACS).
Sin embargo, la resonancia magnética convencional de 3 Tesla (3T) no ha mostrado anomalías consistentes del tronco encefálico en el seguimiento. Por ello, las técnicas avanzadas de resonancia magnética, por ejemplo, la QSM, tienen el potencial de identificar cambios más sutiles.
QSM puede detectar inflamación crónica en la esclerosis múltiple, microhemorragias cerebrales y aumentos en la deposición de hierro en el mesencéfalo y los ganglios basales.
Además, el QSM de campo ultra alto (≥ 7T) mejora el contraste de susceptibilidad en los tejidos subcorticales y corticales, lo que permite la detección de alteraciones microestructurales.
En el presente estudio, los investigadores investigaron las anomalías del tronco encefálico por subregiones utilizando el QSM de 7 T en COVID-19.
Los pacientes con COVID-19 dados de alta después de la hospitalización fueron reclutados para la resonancia magnética de 7 T en el Reino Unido (RU). Los participantes elegibles tenían COVID-19 confirmado, sin contraindicaciones para la resonancia magnética de 7 T y antecedentes de trastornos psiquiátricos o neurológicos previos a la COVID-19.
Se registraron los niveles más bajos de plaquetas y los niveles máximos de dímero D y proteína C reactiva (PCR) durante la hospitalización.
Durante el seguimiento, se evaluó la salud mental mediante el cuestionario de salud del paciente (PHQ)-9 y el trastorno de ansiedad generalizada (GAD)-7, y la recuperación funcional se evaluó mediante la escala de Rankin modificada (mRS).
Los controles sanos (HC) también se sometieron a una resonancia magnética de 7 T. Se realizaron exploraciones a dos subgrupos de control (HC1 y HC2) antes de diciembre de 2019, y un subgrupo (HC3) se sometió a una resonancia magnética durante la pandemia.
Las regiones de interés del tronco encefálico incluyeron el mesencéfalo, el bulbo raquídeo, el pedúnculo cerebeloso superior (SCP) y la protuberancia.
Se extrajo la susceptibilidad media por ROI y se utilizó para los análisis posteriores. Además, se realizaron análisis por vóxel para mejorar la resolución.
En total, se incluyeron 30 pacientes con COVID-19 y 51 profesionales sanitarios. Los dos grupos no diferían significativamente en edad; sin embargo, el grupo de control tenía más hombres que mujeres.
El tiempo medio transcurrido entre la hospitalización y la adquisición de la resonancia magnética fue de 199 días para el grupo de COVID-19. La susceptibilidad media regional aumentó en el tronco encefálico del grupo de COVID-19 en comparación con los HC.
Este aumento se localizó en el bulbo raquídeo y la protuberancia; sin embargo, el mesencéfalo también mostró un efecto significativo débil.
No se observaron diferencias entre los grupos en el SCP. Los análisis de vóxeles identificaron dos grupos significativos en el bulbo raquídeo, con un aumento sustancial de la susceptibilidad en el grupo de COVID-19.
Estos grupos se superponían parcialmente con las regiones asociadas con la homeostasis corporal y la función respiratoria.
Se identificaron grupos adicionales en el mesencéfalo y la protuberancia con un umbral menos estricto.
Los valores de susceptibilidad promedio extraídos de los dos grupos medulares se asociaron positivamente con el pico de PCR detectado durante la hospitalización y débilmente con la gravedad clínica de la enfermedad y la duración de la hospitalización.
No se observaron tendencias significativas para otras variables.