Los Angeles Lakers tienen nuevo pívot, el segundo que firman este verano (Jaxson Hayes fue el primero) y el tercero de la plantilla. Se trata de Christian Wood (27 años; 2,08 metros) que llega libre después de una temporada para olvidar en los Dallas Mavericks.
En lo colectivo, el equipo texano ni siquiera logró meterse en el play-in, mientras que en lo individual, nunca contó con la confianza de su entrenador, Jason Kidd, lo que ha provocado que su imagen como jugador salga perjudicada. El paso por Dallas no le ha venido bien a su carrera. EL mejor ejemplo es el dinero. La temporada pasada cobró más de 14 millones y la que viene se va a quedar por debajo de los 3.
El contrato que ha firmado con los Lakers es por dos años y un total de 5,7 millones de dólares.
Pero hay un dato importante, y es que el segundo año es con opción de jugador, por lo que solo se ejecutará si Wood quiere.
Una buena primera temporada en Los Ángeles le da la opción de salir libre al mercado el próximo verano para negociar un acuerdo más beneficioso para sus intereses. Así que el pívot seguramente quiera rendir al mejor nivel posible este curso dentro de un equipo que estará entre los aspirantes del Oeste, si las lesiones se lo permiten.
Sus dos mejores jugadores, LeBron James y Anthony Davis, tienen 38 y 30 años, respectivamente. El segundo, a quien aún le deberían faltar varios años de plenitud por delante, ha tenido que lidiar toda su carrera con más problemas físicos de los habituales y la llegada de Wodd, igual que la de Hayes, deberían darle un respiro de minutos durante la temporada regular.
Wood, que siempre ha tenido un rendimiento discutible en defensa, sí es un jugador que puede aportar cosas interesantes en ataque si se sabe sacar partido de sus virtudes.
En el caso concreto de los Lakers esta incorporación puede tener un efecto muy positivo en el rendimiento del equipo desde el tiro de tres.
Los Lakers lanzaron el año pasado desde el perímetro con un acierto bastante bajo, del 34%, y Wood lo hizo con un 37%. Promedia un 38% en triples en los últimos cuatro años y es uno de los cuatro pívots que ha metido más de 100 triples en cada una de las dos últimas campañas, junto a Nikola Vucevic, Lauri Markkanen y Jaren Jackson.
La temporada pasada, sin tener un papel principal en Dallas, la acabó con una media de 16,6 puntos y 7,3 rebotes.
