El acceso a viviendas seguras y asequibles es una de las claves de la prosperidad. Lo entiendo tanto como cualquier otra persona. Cuando era niño, crecí al borde de la falta de vivienda.
Había días que tenía que llevar una bolsa de basura llena de ropa al colegio porque no sabíamos dónde dormiríamos la noche siguiente.
Ningún niño debería sentir la angustia o preocupación que sentíamos mis hermanos y yo cuando éramos más pequeños.
No se puede planificar el futuro si uno está preocupado por el presente y es por eso que nuestra administración ha actuado con urgencia para abordar la crisis de vivienda en toda nuestra ciudad, especialmente para los residentes de la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA).
Uno de cada 17 neoyorquinos vive en NYCHA, el sistema de vivienda pública de nuestra ciudad. Es una pieza fundamental de la infraestructura de nuestra ciudad y no podemos resolver nuestra escasez de viviendas sin solucionar también los problemas que enfrenta NYCHA.
Pero durante demasiado tiempo, los residentes de NYCHA han quedado fuera de la conversación y no han tenido voz y voto en el futuro de sus propios hogares.
Eso está cambiando bajo esta administración.
Nuestra administración fue la primera en incluir a NYCHA en nuestro plan de vivienda, reconociendo que el gobierno federal había abandonado su responsabilidad de financiar adecuadamente nuestro sistema de vivienda pública, dejando a los residentes viviendo en condiciones inaceptables y peligrosas en edificios en ruinas que necesitan $80 mil millones en reparaciones. Sabíamos que el status quo no podía continuar.
Es por eso que luchamos para crear NYCHA Trust, una oportunidad única en una generación para brindarles a los residentes control sobre su futuro y al mismo tiempo desbloquear miles de millones para reparaciones aprovechando nuevas fuentes de financiamiento federal.
Según el Fideicomiso, un desarrollo se mantiene 100 por ciento público y al mismo tiempo se garantiza que los residentes siempre mantengan sus derechos, incluido el alquiler permanentemente asequible.
Otra opción es el programa Permanent Affordability Commitment Together (PACT), que de manera similar garantiza que los residentes mantengan sus derechos y un alquiler permanentemente asequible, pero desbloquea fondos para que los socios externos de PACT completen reparaciones integrales.
El mes pasado, los residentes de Nostrand Houses de NYCHA se convirtieron en el primer desarrollo en votar sobre cómo financiarán renovaciones y reparaciones muy necesarias. Después de 100 días de participación pública, en los que los residentes de Nostrand Houses conocieron sus opciones, aprovecharon la oportunidad histórica para decidir qué era lo correcto para ellos: ingresar al Trust, ingresar al programa PACT o mantener el modelo tradicional de financiamiento de viviendas públicas.
Su decisión, y las decisiones de otros residentes de NYCHA por venir, darán forma al futuro de la vivienda pública en la ciudad de Nueva York en las próximas décadas.
Los residentes de NYCHA ahora están haciendo oír su voz y tomando sus propias decisiones. Así es como debería funcionar un buen gobierno, y esto es sólo el comienzo.
El siguiente paso es Bronx River Addition, que ha enfrentado varios problemas graves de infraestructura en los últimos años que provocaron que los inquilinos fueran reubicados en uno de sus dos edificios. Y en las próximas semanas y meses, otros campus de NYCHA también votarán.
Como neoyorquino obrero, sé lo que se necesita para sobrevivir y prosperar en esta ciudad.
La vivienda segura y asequible es la piedra angular del sueño americano.
Al arreglar las viviendas de NYCHA y poner las decisiones en manos de los residentes, estamos en camino de convertir ese sueño en realidad.
