Esta colección, inspirada en la belleza del movimiento del ballet, incluye una treintena de conjuntos que destacan por su gran trabajo artesanal.
La colección habla de precisión, técnica y suavidad, en la que encontramos un sinfín de tendencias, pero lo que más ha llamado la atención ha sido la utilización de materiales como gasas, rasos de seda acolchados, tejidos impermeables o charol.
Cada uno de los diseños protagonizan los colores pasteles que más veremos en la temporada, alcanzando el estilo coqueto, así como patrones con estructura o con mucho volumen.
Hablamos de gabardinas mini de efecto charol, vestidos fluidos que marcan la silueta de la mujer, diseños repletos de volantes con bordados o faldas en forma de A.
La presentación se llevó a cabo en un luminoso loft en Manhattan, decorado con globos de color pastel, creando un ambiente onírico.
La diseñadora ha enfatizado su filosofía de ser “anti moda rápida”, promoviendo la artesanía y el «savoir faire».