Cara de pendejo pero bien administrada

Columnistas

Ramon Velasquez Gil.

Ciertamente en el diario vivir, uno se encuentra con gentes con «supuesta» cara de pendejos.  La vaina es que la mayoría de nosotros no sabemos si tenemos ese tipo de cara o no; y para el caso de que uno la tenga, nadie se lo dice.

No obstante y aunque no lo crean, es una pequeña ventaja el tener cara de pendejo y no serlo, o por lo menos administrarla bien.

Nada más peligroso que una cara de tonto inteligente.

Y es que, quien se de cuenta de que por tener cara de pendejo se le hacen las cosas más fáciles, es una persona inteligente por el simple hecho de darse cuenta..y sin duda, sacará provecho de ello. Hay muchísima gente que uno ve en los medios, en la política, en el deporte etc., y allí están; preguntándose uno, ¿cómo llegaron?

Nadie se la pone difícil a un «supuesto» tonto y es así entonces que el buen administrador, saca provecho de su supuesta pendejura.

Por el contrario, todo el mundo se cuida de aquella gente que se cree más vivo que los demás y la tendencia es siempre ponerles las cosas más difíciles, aún sin uno proponérselo.

Las mentes más brillantes tienen siempre cara de pendejo, de nerds, de hackers o en algunos casos, de loco.

Por el contrario, todos aquellos que se creen la ultima Pepsi cola del desierto, casi siempre son gentes con baja capacidad neuronal.

Estoy seguro que muchos de ustedes, que tengan a bien leer esta pendejada, se echarán un vistazo en el espejo para asegurarse bien.  Incluso en algunos oficios, es muy conveniente tener cara de tonto:

Salvo en las películas, en la vida real un buen espía debe dejar mucho que desear en cuanto a actitud, cara y vestimenta.

Un buen vendedor tiene que tener cara de pendejo.Increíblemente, la gente tiende a comprarle a aquellos cuya apariencia sea más humilde.

En conclusión, todo indica que nadie es pendejo sino que algunos se hacen..los pendejos.

Saludos.