¿Dios se puede quedar sin frenos?

Columnistas

Juan Eduardo Fernández “Juanette”

El Stand Up y yo estamos transitando un momento complejo, de hecho, si el Stand Up fuera una chica, estaríamos en terapia de parejas. Pero como a mí me interesa tener al Stand Up en mi vida, decidí hacer el último esfuerzo, y me inscribí en un taller de escritura humorística para “salvar la relación” Pero ¿Qué tiene que ver Dios, un rabino y un autobús sin freno en todo esto? Paciencia, ya les cuento:

Aquel jueves fue como los demás, salí del Paseo La Plaza a las 9:00 pm, y caminé dos cuadras hasta la parada del colectivo 26 que está entre Callao y La Valle. Y faltando unos 10 metros para llegar, apuré el paso para tomarme un autobús que estaba para emprender viaje, pero el conductor me cerró la puerta en la cara y arrancó. Cosa que me molestó un montón.

¿Por qué me enojó tanto? Porque perder el colectivo 26 significa esperar 20 minutos o más para que llegue otro. Y la verdad estaba cansado, había sido una semana difícil, me quedé hasta tarde en la oficina, después me había ido a la clase de escritura; por lo que solo quería llegar a mi casa a dormir. 

Pasada media hora llegó finalmente el autobús 26, afortunadamente subí sin contratiempo y hasta pude sentarme en uno de los codiciados asientos individuales. Saqué mis apuntes y me puse a escribir chistes, o al menos traté de hacerlo. El tema es que el bloqueo creativo se apoderó de mí y nuevamente me cuestioné si debía seguir insistiendo con el Stand Up o no. 

De pronto, un fuerte ruido interrumpió mis reflexiones y segundos después el conductor dijo a viva voz: “Hasta acá llegamos, se rompieron los frenos del colectivo y es un riesgo seguir así. Esperemos acá hasta que llegue el otro”.

No les miento, casi que me dieron ganas de llorar. Internamente maldije, insulté, y renegué. Y por supuesto hice la pregunta que todo creyente o ex creyente se hace: ¿Diosss por qué a mí? Me tomé un momento y tratando de buscar respuesta en el altísimo, formulé algunas preguntas.

  • ¿Dios será que esta es una señal para decirme que mi viaje con el Stand Up llegó a su fin? 
  • ¿Señor, será que mi pasión por esta disciplina se quedó sin gasolina? 
  • ¿Creador, crees que deba comprar dólares? 

Después de pasar 20 minutos más esperando al otro colectivo, y cuando estaba a punto de irme caminando a casa, el conductor del autobús averiado nos gritó “Ahí viene, entren por detrás por favor”. Al arribar la unidad todos subimos por la puerta trasera, éramos unas 20 personas que quedamos como sardinas enlatadas. 

Lo loco de todo este viaje ocurrió en la parada siguiente, pues un rabino sonriente se subió al colectivo, comenzó a saludarnos y a entregarnos una estampita titulada “Las 7 leyes universales, el camino hacia un mundo mejor”. Estos eran: Creer en Dios, honrar a Dios, respetar a todo ser humano, respetar la institución matrimonial y familiar, respetar la propiedad ajena, no ser cruel con los animales, e impartir justicia. 

¿El Rabino fue el emisario enviado por Dios? Porque es muy loco lo que pasó. Digamos que todo se confabuló para que yo encontrará al rabino aquel jueves por la noche… como no podía quedarme con la duda, y al ver que estaba por bajarse, le formulé las preguntas y me dio una respuesta reveladora:

“Ahora mismo lo mejor es comprar todos los dólares que se pueda, pues la inflación seguirá subiendo”.

En cuanto a si seguiré con el Stand Up o no, aquel hombre de Dios me dijo que eso pasaba a segundo plano, porque ahora la prioridad es resguardar mi futuro económico. 

PD: Gracias Rabino Lieberman por pasarme aclarar mis dudas y por pasarme el contacto de su financiero. ¡Dios lo bendiga!