El problema de la inflación

Columnistas

Juan Eduardo Fernandez «Juanete»

Creo que vengo escuchando la palabra inflación prácticamente desde que nací, aunque últimamente se ha vuelto cotidiana no solo para mí, sino para todo el mundo. Pero ¿Cómo llegamos a esto? En la columna de esta semana les contaré cómo he luchado con la inflación y además les daré algunas claves para tratar de salir de ella. 

Como enamorado del cine me gusta vincular palabras, hechos históricos y anécdotas con películas, y en el caso de la inflación, viene a mi memoria una escena de “El Hijo de la Novia” donde el actor Ricardo Darín explica cómo el fenómeno de la inflación es parte de vivir en Argentina. En un parlamento de la película, el personaje de Darín dice así: 

“Cuándo no hubo crisis acá? Si no hay inflación, hay recesión. Si no, es inflación con recesión. Si no es el Fondo Monetario, es el Frente Popular. Si no es el frente, es en el fondo, pero siempre hay una mancha de humedad en esta casa” 

Sin embargo, para mí la inflación no ha sido “una mancha de humedad en esta casa”, sino una protuberancia en el área abdominal de mi cuerpo. De hecho, tengo noción de la inflación en mi vida desde más o menos los 8 años, cuando mi madre tenía que ponerles liga a mis pantalones para poderlos adaptar a mi figura. Pero llegada la adolescencia apareció la primera desaceleración inflacionaria. 

¿Qué causó la desaceleración? Bueno, como todo adolescente me comencé a preocupar por mi apariencia y me puse a hacer mucho pero mucho ejercicio, esa etapa podría decirse fue, la época dorada en mi vida, mi “uno a uno”** personal. 

El tema es que al salir del bachillerato y entrar a la universidad conocí las tascas y bares de La Candelaria, y con ellas dos nuevos factores que hicieron que la inflación volviera a mi vida: La cerveza y la chistorra. Por suerte en aquellos años, tenía total control de mi vida, y cuando veía que el índice de las trabillas de mi correa ganaba algunas posiciones, simplemente volvía al ejercicio y mantenía la inflación a raya. 

Pero ya en la década de mis 30, apareció otro fenómeno inflacionario que ataca sin piedad tanto a hombre como a mujeres: El Matrimonio. Y acá si, es mucho más complicado bajar la inflación, de hecho, llegué a cotizar sobre los 100 kilos. y ni hablar de cuando me convertí en padre, pues ahora compraba más golosinas, con la excusa de que eran para mis hijos (obvio me las comía yo, porque los niños no pueden comer dulces ya que da caries y lombrices). 

Ese periodo inflacionario duró casi ocho años, hasta que otro tipo de inflación, esta vez la inflación económica- que creían que no hablaría de economía- me hizo migrar a La Argentina. Y en mis primeros años en la tierra de Gardel, Messi y Maradona, mi inflación se fue no solo desacelerando sino se desinfló, y volví a pesar 78 kilos. A este periodo lo llamé “El boom” básicamente porque comencé a vivir en mi lugar en el mundo, me había separado, estaba soltero y volvía a competir en el mercado de las citas. 

Y acá vuelvo a analizar ¿Por qué bajó mi inflación abdominal? Nuevamente el ejercicio es la respuesta. Pero esta vez no era el gimnasio, sino que se juntaron dos factores decisivos: La falta de auto para trasladarme, y la falta de dinero para viajar en transporte público, lo que hizo que para moverme tuviese que caminar, y caminar mucho. 

Sin embargo, este periodo duró poco, pues después de trabajar en dos Call Centers, y hacer al mismo tiempo, algunos trabajos para “completar el mango”, o ganarme unos churupos, encontré un trabajo mejor, que me hizo relajarme, acomodarme y dejar de caminar. Eso hizo que mi índice de inflación abdominal aumentará, pero solo algunos puntos, nada de que preocuparse… Pero luego apareció en nuestras vidas la pandemia, y con ella el Teletrabajo, que han sido las dos principales causas de inflación mundial en esta nueva era. 

Ahora acá me encuentro escribiendo esta columna con una mano, mientras en la otra manipulo una mancuerna de 10 kilos, con la esperanza de bajar nuevamente para tener número decentes, acordes al escenario mundial. 

Sin duda esta columna dejo dos lecciones:

  • La inflación abdominal solo puede bajar alimentándose bien y haciendo ejercicio. 
  • Cómo bajar la inflación económica es uno de los misterios más grandes de la humanidad después del triángulo de Las Bermudas. 

(** Uno a uno fue un fenómeno económico ocurrido en Argentina donde la moneda nacional tenía el mismo valor que el dólar).