Comenzamos el años con un poco de poesía y de buenos deseos

El rinconcito newyorquino

MARF

Este fin de semana no tuve oportunidad de dejarles siquiera mis mejores deseos de fin de año, y como tampoco quería llegar hoy como si nada, decidí evitar las recomendaciones por este día y regalarles algo más que sitios donde divertirse, que anécdotas de las que puedan obtener enseñanzas o que consejos de superación personal.

Tenía que ser un obsequio a través de las palabras porque hacerles llegar un detalle a cada uno está algo complicado; así que, después de tanto pensar y por culpa de mi espíritu romántico, se me ocurrió que un poema era lo ideal.

Sé que en muchos casos cuesta entenderlos o simplemente hay quienes no les gustan, pero tómense un minuto para apreciar este fragmento y tal vez descubran un poquito de magia para toda la vida; es de Mario Benedetti y se titula No te rindas:

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,

Sin más que agregar: ¡feliz año nuevo!