Comiezan las clases, sabe cómo proteger a un menor contra el acoso escolar

Educación

El acoso escolar es, lamentablemente, una experiencia común para muchos niños y adolescentes. De hecho, varios estudios e investigaciones clínicas indican que cerca de la mitad de todos los niños durante su vida escolar, sufren de acoso.

Se trata de una modalidad que puede ser un acto físico que se presenta con golpes o empujones. También puede ser verbal con insultos o apodos, social, a través de exclusión y discriminación o psicológico, que se puede manifestar mediante amenazas, desprecio o humillaciones.

En muchos casos, los varones tienden a utilizar más el acoso físico o amenaza a otros, no importa el género de su víctima.

Mientras que el acoso escolar en niñas es más frecuente en su modalidad verbal y usualmente la víctima es otra niña. Además, el acoso se ha reportado no solo de manera presencial sino también en la modalidad de chats y redes sociales.

A tales efectos, la psiquiatra señala que es importante conocer las características de los involucrados en actos de acoso escolar. Por ejemplo, cuando el agresor ejerce la violencia o el abuso sobre la víctima. Con frecuencia tiende a ser fuerte, dominante y más impulsivo.

En algunos casos, muestra conductas antisociales y tiende a no sentir culpa de su conducta acosadora. Los niños y adolescentes que acosan a otros buscan controlar o dominar.

Según la psiquiatra, muchos de estos menores han sido objeto de abuso físico o de acoso. De hecho, dice que los niños y jóvenes acosadores pueden incluso tener síntomas depresivos, así como problemas en el hogar. De otra parte, está la víctima que sufre el acoso que, con frecuencia, tiende a demostrar timidez e inseguridad.

“En ocasiones presenta desventaja física frente al acosador, y pueden experimentar un sufrimiento real que interfiere con su desarrollo social, emocional y rendimiento académico. Se ha reportado que algunas víctimas de acoso escolar han intentado privarse la vida como una alternativa para detener el sufrimiento”.

Mientras que los niños que son acosados tienden a ser pasivos, se intimidan con facilidad o tienen pocos amigos. Pueden ser más jóvenes que el acosador, presentar síntomas de depresión o ansiedad y tienen mucha dificultad en las destrezas de autodefensa.

Cómo ayudar a los niños que sufren de acoso escolar

La psiquiatra recomienda que, si sospechamos que un menor es víctima de acoso escolar, trate de preguntar e indagar lo que está pasando, brindándole un espacio para ventilar lo que ocurre. “Es importante también responder de una manera positiva y que su hijo (a) se sienta confiado y aceptado, y que se le comunique que lo que está ocurriendo no es su culpa y que hacen lo correcto notificando lo que le está ocurriendo”.

Algunas recomendaciones :

  • Pregúntele a su hijo (a) qué piensa que se debe hacer, qué cosas ya ha intentado, y qué le ha funcionado y qué no.
  • Busque apoyo de la maestra(o) de su hijo(a) o del orientador(a) escolar. La mayor parte de los eventos de acoso ocurren comúnmente en el patio, la cafetería, los baños, en el transporte escolar o en pasillos no supervisados por adultos.
  • Recomiende al director escolar programas que ayuden a combatir el acoso escolar como, por ejemplo, la mediación de pares, solución de conflictos, manejo de coraje y aumentar la supervisión de los adultos.
  • No exhorte a su hijo(a) a pelear. Sugiérele que evite el contacto con el acosador y que busque apoyo en un maestro o personal escolar.
  • Oriente a su niño a practicar la asertividad. El solo acto de insistir al acosador que lo deje solo puede tener un efecto positivo ya que el acosador lo que persigue es generar una respuesta específica de él y si no la obtiene, el acosador lo dejará.
  • Anime a su niño a mantenerse acompañado de amigos. Los niños acosadores raramente escogen víctimas que están acompañadas.

Cuando eres espectador del acoso

Otro que pudiese estar en el cuadro de acoso es el espectador, advierte la doctora Rivera, quien destaca que puede ser un compañero(a) o amigo(a) que es testigo de los eventos y que puede responder de distintas maneras: aprobando, reprobando o negando la agresión.

Si su hijo o hija es testigo de actos de acoso escolar en contra de otro compañero, anímelo a notificarlo a las autoridades escolares y buscarle ayuda a la brevedad posible. Sin la debida intervención, el acosador puede tener serias repercusiones sociales, académicas y emocionales, además de legales, hable con un pediatra, maestro, trabajador social escolar o consejero para identificar signos y síntomas que pudiesen estar afectando al niño o adolescente.

Una evaluación puede ayudar a identificar y entender la causa de este comportamiento y desarrollar un plan para detener esta conducta destructiva.

Si el niño se vuelve retraído, deprimido o se niega a ir a la escuela; si usted observa un detrimento en su aprovechamiento académico, debe consultar o buscar una intervención clínica más específica. Un psicólogo o psiquiatra de niños y adolescentes puede ayudar. El buscar asistencia profesional de manera temprana puede disminuir el riesgo de consecuencias emocionales a largo plazo para su niño.