Cómo cambia la gente

Columnistas

Ramón Velásquez Gil

Ciertamente, el paso del tiempo es el elemento que más influye sobre los cambios físicos de la gente.

Existen otros elementos que también inciden en la degeneración fenotípica pero que solo coadyuvan al cambio, tales como la mala alimentación; los trabajos fuertes y estresantes; las preocupaciones, etc.

Lo cierto es que vamos cambiando de aspecto y no nos damos cuenta de ello así como tampoco nos damos cuenta de los cambios en personas que vemos todos los días.

Solo cuando nos encontramos con gente que teníamos mucho tiempo sin ver, es que percibimos la consecuencia del paso del tiempo sobre el tejido humano.

Es entonces cuando la gente reacciona y se fija mejor al verse en el espejo.

Y es que uno ve a los demás envejecer pero no nota mucho los cambios en uno mismo.

Hace muchiiiisimo tiempo, siendo bastante joven, tenía yo una noviecita que, un día se mudó su familia del pueblo y no la vi mas.

Años después la vi venir por la acera y me apresté a ver cuál sería su reacción al verme. Yo me hice en desentendido pero ella pasó por mi lado, me miró y no hubo ninguna expresión en su cara. Es decir, no me reconoció. Eso fue en un lapso de mas o menos veinte años.

Huelga decir que, no obstante que yo la reconocí, ella también había cambiado bastante.

Por otra parte, también incide la raza de las personas, en la rapidez o retardo en aparecer los indeseados surcos.

Las razas de piel blanca tienden a sufrir cambios en la piel, mas temprano que aquellos de raza oscura o mestiza.

Sin embargo, el descubrimiento de medicinas nuevas, los hábitos de ejercicios y la mejor alimentación, ha sido relevante para que en las últimas décadas, haya subido la media de vida de las personas y por ende, se han retardado también los cambios en la piel; es decir, las arrugas.

Por mi parte, bueno ya está anécdota la conté una vez en otro artículo y se refiere a el momento en que empecé a notar que me estaba poniendo viejo: Iba a estacionar mi camioneta en la calle, y un muchacho de esos que cuidan carro, comenzó a dirigirme para estacionar y me decía “dale “pure” dale; ahí esta bien pure, déjala ahí”.

Me quedé pensando, me dijo pure!.

Fue entonces que comencé a fijarme bien en el espejo.

Saludos