El fútbol iraní también se opone a uso obligatorio de velo femenino

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Como un huracán, cuyas ráfagas de viento se multplican a cada instante, las manifestaciones y protestas en Irán, ante el asesinato de la joven kurda Mahsa Amini, a manos de la Policía Moral, por no llevar bien puesto el velo o yihad, no solamente crecen en todo Irán, y hasta en sectores insospechable como los clérigos, sino que se ha extendido hasta el propio mundo del deporte de Irán. En este caso se trata nada menos que de la selección nacional de fútbol, la que realiza partidos de preparación con miras al mundial de Qatar. 

Protestas de las grandes estrellas del balompié 

Los integrantes del equipo iraní, dirigido por el portugués Carlos Queiroz, desde su concentración en Austria, que vienen de ganar a la representación de Uruguay, por la mínima diferencia, en un partido que debió celebrarse a puertas cerradas, precisamente porque las autoridades esperaban cualquier manifestación contra lo que ocurre en el país islámico, aprovecharon el fin del encuentro, ganados por ello una a cero, para expresar lo que sienten relacionado con la suerte de Irán y las protestas. 

Zobeir Niknafs, la estrella centrocampista del Esteghlal de Teherán, se afeitó la cabeza en solidaridad con las mujeres de su país. 

Sarmar Azmour, dispuesto a perder la selección 

El delantero de Bayern Leverkusen y estrella del Team Melli , Sardar Azmour dio un paso más y recurrió a Instagram, donde tiene cinco millones de seguidores, para decir que «debido a las normas del equipo nacional no podemos decir nada hasta que termine la concentración, pero no puedo soportarlo más. En el peor de los casos, me despedirán de la selección. No hay problema. Sacrificaría eso por un solo pelo de la cabeza de una mujer iraní. Esta historia no será eliminada. Ellos pueden hacer lo que quieran. Se avergüenzan de matar tan fácilmente. Larga vida a las mujeres iraníes«. 

El portero, Ali Reza Biranvand, y el defensa Majid Hosseini también publicaron fotos y mensajes en Instagram en apoyo a las manifestaciones, pero solo unas horas después, aparentemente bajo presión, los habrían eliminado. La cuenta de Azmour tampoco fue ajena a las presiones y de pronto apareció con todos los mensajes de los últimos ocho años borrados. 

Un camino sin retorno 

La posición de los futbolistas, quienes por ese contacto universal, bien por jugar en diferentes clubes del mundo, bien por el contacto que mantienen con aficionados de todo el planeta, es demostratrivo de que cuanto ocurre en Irán, la lucha de sus mujeres, no por niveles de superioridad, sino por alcanzar las posiciones que se merecen como seres humanos, ya no puede detenerse. 

Podrán multiplicarse las muertes, que  

ya superan las 70, y llenarse las cárceles, pero esta ruta que han escogido las féminas por el asesinato de la joven kurda, sólo puede terminar cuando al fin logren su libertad plena