Los New York Knicks obtuvieron una victoria por 118-85 contra los New Orleans Pelicans, que perdieron a sus máximos anotadores, Brandon Ingram y Zion Williamson.
Este fue el primer partido de los Knicks en el Madison Square Garden desde el 18 de noviembre, antes de embarcarse en una gira de 11 días.
Los Knicks tomaron una ventaja temprana en este partido, que llegó a aumentar hasta los 41 puntos. El equipo pudo mantener una ventaja constante durante todo el partido, lo que permitió una noche de domingo relajante para el equipo y los fanáticos.
Mikal Bridges impartió una clase magistral El base de los Knicks Mikal Bridges fue el máximo anotador de Nueva York anoche, con 31 puntos, su mejor marca de la temporada, incluidos siete triples.
El alero encontró el ritmo al principio del partido, anotando 13 puntos en tan solo el primer cuarto.
Bridges lanzó con una confianza extrema, algo que los fanáticos de los Knicks rara vez habían visto de él antes.
Cinco de los siete triples de Bridges llegaron desde la esquina, que es un área en la que había estado especialmente dando un festín.
Lidera la NBA en porcentaje de triples desde la esquina derecha con un 57,1%, y también ocupa el segundo lugar en porcentaje de triples desde la esquina izquierda.
Es evidente que la fortaleza de Bridges en el tiro se basa principalmente en la esquina, y ahí es donde sus compañeros lo encontraron más anoche.
Esta fue una actuación muy necesaria de Bridges, quien había estado teniendo serias dificultades últimamente, específicamente en el juego más reciente de los Knicks, donde solo anotó ocho puntos en 37 minutos contra los Charlotte Hornets.
Chispas desde el banquillo
Los Knicks lograron mantener una cómoda ventaja durante todo el partido y nunca permitieron que los Pelicans remontaran su gran desventaja.
Debido a esto, muchos jugadores pudieron jugar desde el banquillo y contar con algunos minutos, lo que amplió la rotación habitual del entrenador Tom Thibodeau de ocho jugadores a doce anoche.
El equipo vio inmediatamente la chispa del escolta suplente Miles McBride, que anotó 13 puntos y sumó tres asistencias saliendo desde el banquillo.
Ocho de los 13 puntos de McBride llegaron en el primer cuarto, cuando anotó tres canastas consecutivas en los dos últimos minutos del primer cuarto.
McBride ha demostrado ser un anotador de calidad desde el banquillo, ya que este es su segundo partido consecutivo en el que anota más de diez puntos.
El escolta Cameron Payne también ha sido un jugador destacado desde el banquillo, con ocho puntos y cinco asistencias.
El veterano ha sido uno de los jugadores más consistentes de los Knicks hasta el momento, con un promedio de 3,4 asistencias por partido que lo sitúa en el tercer puesto en el equipo.
Los novatos también brillaron, pero el escolta Matt Ryan entusiasmó a los aficionados en los últimos minutos del partido cuando anotó ocho puntos.
Ryan firmó inicialmente con los Knicks el 5 de noviembre a través de un acuerdo no garantizado, y anteriormente había demostrado ser un tirador valioso, pero no ha tenido mucho tiempo como suplente con los Knicks.
Surgió el esfuerzo defensivo
Hasta ahora, esta temporada, los Knicks han sido un equipo defensivo de último nivel y actualmente ocupan el puesto número 22 en calificación defensiva con 114,6. Ha sido evidente en múltiples derrotas que existen claras debilidades defensivas entre la protección del aro y del perímetro.
Sin embargo, anoche fue una historia diferente. Desde el comienzo, Nueva York mostró su presencia defensiva, obligando a los Pelicans a fallar 15 tiros consecutivos en el primer cuarto.
Fue ahí donde los Knicks pudieron aumentar su ventaja, que se mantuvo durante el resto del partido.
Nueva York también superó a los Pelicans en rebotes por 60-42, liderados por el pívot Karl Anthony Towns, quien capturó 19 rebotes, igualando su récord de la temporada en rebotes.
A continuación, los Knicks jugarán contra el Orlando Magic el martes por la noche a las 7:30 p.m. ET en un gran enfrentamiento de la Copa NBA.