El placer del arte helado que sentirás en tu boca

El rinconcito newyorquino

MARF

En los 70’s, la movida del rock n’ roll fue una locura; desde los escenarios más grandes, hasta las pequeñas tarimas en bares, eran testigos de toda la euforia que este movimiento generaba en las personas.

Pero debido a ciertas restricciones comerciales, muchas bandas se iban quedando sin sitios para presentarse y a partir de eso se crearon ciertas alternativas.

A Bob Rook, un music lawyer, se le ocurrió alquilar un sótano, meter una máquina de helados y utilizar ese espacio como un sitio donde sus amigos rockeros pudieran relajarse y tocar sus canciones a un público que cada vez iba aumentando.

El éxito de este lugar fue tal, que pasó a convertirse en lo que es hoy, una establecida heladería llamada Emack & Bolio’s. 

Cabe destacar que, aunque esta historia sucedió en Boston, el negocio logró expandirse tanto que hay sucursales por todo el país, y por supuesto, New York no se quedó atrás.

El helado es de mis postes favoritos y lo disfruto aún más cuando lo consigo en sitios como Emack & Bolio’s, donde hay tantos sabores para escoger y combinar (más de 75) con increíbles toppings que forman una obra de arte en cada cono.

Visiten esta genial heladería, no tienen excusas porque solo alrededor de Central Park hay unas tres opciones. 

IG: @emackandboliosues

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