“Nada puede detener la lucha por el lugar de la mujer en nuestra sociedad”, dijo al recibir el nombramiento
No fue una sorpresa que el presidente francés, Emmanuel Macron, escogiera a una mujer como primera ministra. Más o menos lo había sugerido; pero tampoco lo fue que la elección recayera en su ministra del trabajo: Élisabet Borne estaba abiertamente sobre el tapete
Un largo recorrido
Ingeniera de Caminos y Puentes formada en la prestigiosa Escuela Politécnica francesa, Borne empezó a frecuentar los pasillos de la política a mediados de los años 1980, primero como asesora de algunos gabinetes de Gobierno y ya en los años 90 como consejera del Ministerio de Educación.
Su perfil social y enverdecido por su trabajo como directora de gabinete de la socialista Ségolène Royal, ministra de Ecología durante el gobierno de François Hollande, ha prevalecido en la elección de Macron, para un cargo que puede tener más de simbólico que de peso político.
Una dedicatoria especial
Élisabeth Borne recordó a la primera mujer, la única que ha ostentado esa posición de primera ministra, Edith Cresson, quien acompañó al presidente Francois Mitterrand, por once meses
En su «pensamiento» para Edith Cresson, la recién llegada pidió un mayor lugar para las mujeres en la sociedad. «Me gustaría dedicar esta cita a todas las niñas. ¡Ve a los finales de tus sueños! Nada puede detener la lucha por el lugar de la mujer en nuestra sociedad.»
Todavía tiene que pasar por la aprobación de la Asamblea Nacional, pero por ahora Élisabeth Borne es la nueva jefa del gobierno francés.