La cómplice de Putin se deleita con deportación de niños ucranianos

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Si se hiciera un examen psicológico de María Alexseyevna Lvova, oficialmente nombrada por Vladmir Putin, Comisionada rusa para los Derechos del Niño, la respuesta que se obtendría nos presentaría a un monstruo, cuyo deleite es secuestrar a niños ucranianos, para convertirlos en “patriotas rusos”, impedirles que canten el himno ucraniano, dejen de hablar mal del presidente Putin, se integren a la familia rusa…y a ella. Por lo pronto ya tiene “adoptados” varios de esos niños, en espera de tener algunos más.

“Así que sí, hay algunas cosas malas al principio, pero luego se transforman para amar a Rusia», señaló.

Pero ¿de dónde surgió este espécimen?

Por lo pronto debe recordarse que la orden de arresto por crímenes de guerra, emitida este viernes por la Corte Penal Internacional (CPI), no solo estaba dirigida contra el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Como coacusada también está su Comisionada para los Derechos del Niño: María Lvova-Belova.

Un cargo que ocupa desde octubre de 2021.

Junto a Putin, la exsenadora de 38 años enfrenta acusaciones de crímenes de guerra por la presunta deportación y transferencia ilegal de niños desde las áreas ocupadas por las fuerzas rusas en Ucrania hacia el territorio ruso, según la CPI.

El tribunal consideró que «hay motivos razonables» para considerar que Lvova-Belova tiene responsabilidad penal individual por crímenes ocurridos desde el 24 de febrero de 2022, cuando Rusia lanzó su invasión a gran escala contra Ucrania.

Orgullosa de la sanción

María Belova, estuvo casada con Pave Kogelman, sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Rusa, y tiene, léase bien, cinco hijos biológicos y dieciocho adoptados. Por supuesto quiere más.

La labor de Lvova-Belova al lado de Putin
Cuatro meses antes del inicio de la guerra, Lvova-Belova asumió el cargo de comisionada para los derechos del niño en la oficina presidencial de la Federación Rusa.

Previamente había sido senadora por el óblast de Penza, donde nació en 1984.

Lvova-Belova ha sido responsable del retiro de los niños y su «integración» en Rusia. Desde sus inicios fue figura pública, oradora y organizadora de estos procesos.

La propia funcionaria siempre ha llamado a esto «evacuación» y lo ha explicado como una preocupación por los intereses de los niños.

El año pasado, Lvova-Belova habló públicamente de los esfuerzos para adoctrinar a los niños ucranianos llevados a Rusia.

Y también se quejó de que algunos niños «hablaban mal del presidente [ruso], decían cosas horribles y cantaban el himno ucraniano».

Dijo que «comenzaron a integrarse» después de ser colocados en familias adoptivas en Rusia.

«Así que sí, hay algunas cosas malas al principio, pero luego se transforman para amar a Rusia», señaló.

“Maria Lvova-Belova es una de las figuras más implicadas en la deportación y adopción de menores ucranianos por parte de Rusia, así como en el uso de campos para ‘integrar’ a los menores ucranianos en la sociedad y la cultura rusas», escribió el Observatorio de Conflictos del Laboratorio de Investigación Humanitaria de Yale.

ucranianos y la eliminación deliberada de niños ucranianos por las fuerzas de Rusia», dijo el Tesoro de Estados Unidos en septiembre.

Ella se deleita con la designación.

Donde mejor se refleja la postura extraña y alocada de esta funcionaria del querer de Putin, es en su declaración al conocer la sanción de la Corte Penal Internacional y los comentarios que hizo la prensa inglesa sobre ella:

«Mi agradecimiento a los británicos por la atención que han prestado a nuestra misión de ayudar a los niños del Donbas. «En Rusia disfrutamos de amistad como familias, como organizaciones y, a partir de ahora, como afectados por las sanciones».

Definitivamente está para el manicomio