MARF
Si hay un objeto que evoca a la infancia sin esfuerzo, es la plastilina.
¿Qué niño no es feliz pasando horas amasando y creando figuras divertidas con esa suave y colorida masa que es todo mundo de posibilidades?
Para algunos puede ser un simple juego, pero la verdad es que detrás de la creación de estas atractivas masas hay un objetivo mayor que el puro entretenimiento, el de estimular la motricidad fina.
Las maestras de prescolar, como parte de su labor, tienen la gran tarea de fomentar estas habilidades en los niños y apelan al uso de la plastilina como uno de sus mejores aliados, tal como lo hizo Natalie, la creadora de Dough Parlour.
Durante más de 10 años, esta dedicada educadora estuvo perfeccionando su receta de plastilina perfecta, experimentando con distintos ingredientes (no tóxicos) y prestándole mucha atención a la manera en la que el olor, el color y la textura influían en sus mejores (), sus propios hijos y alumnos.
Finalmente, encontró la combinación de características perfecta: olores a base de alimentos que despiertan emociones, colores neutros y pasteles que resultan relajantes, y texturas muy blandas para moldear con facilidad; dándole así la bienvenida a su marca.
“Dough Parlour se enorgullece de haber creado una experiencia sensorial épica, diseñada de una forma única para promover una generación más feliz, saludable y fuerte a través del amor por el juego”, declaran en su sitio web.
Qué increíble como una simple masa puede lograr tanto, ¿verdad?
Admito que mientras iba escribiendo mi niña interior se emocionó y ahora tiene unas inmensas ganas de jugar con estas preciosas plastilinas; ojalá que a ustedes leyendo esto les pase lo mismo.
IG: @doughparlour