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Hace más de 100 años, un hombre llamado Paul «Great Grandpa» Schutt abrió las puertas de Apple Mill and Country Store por primera vez a la comunidad neoyorquina, compartiendo así las manzanas más deliciosas y sidra dulce que puedan encontrar en este estado e iniciando una tradición familiar que perdura hasta nuestros días.
Con el transcurrir del tiempo comenzó a “crecer el negocio de una pequeña sidrería a una tienda de campo completa” que ofrecía “productos locales como miel, quesos, mermelada y jarabe de arce”.
Más adelante se duplica el tamaño de la tienda y se suman al inventario artículos de regalo y las famosas y siempre frescas tortas fritas que son uno de sus principales atractivos.
Actualmente, al mando de la cuarta generación Schutt, se han añadido gran variedad de otros productos, toda una línea llamada Great Gradnpa’s Grog –en honor al fundador– y diversas actividades para que las familias de la comunidad se diviertan en la granja.
El lugar parece de película, para muchos es el paraíso de las manzanas; es un espacio donde se respira paz, prosperidad y una armonía entre en el ser humano y lo que la naturaleza le ofrece sabiendo sacarle el mejor provecho de una forma sustentable.
Schutt’s Apple Mill es también un escape perfecto para descansar del bullicio de la ciudad, porque por más que amemos esa jungla de concreto, a veces necesitamos una sana distancia de ella.
Así que, amigos, vayan a relajarse en esta maravilla en Webster y continúen creando experiencias inolvidables con los que más quieren.
IG: @schuttsapplemill