Aproximadamente uno de cada diez hogares de Nueva York experimentó inseguridad alimentaria en algún momento entre 2019 y 2021, según un informe del Contralor del Estado, Thomas P. DiNapoli.
El informe encontró que la cantidad de hogares que enfrentan inseguridad alimentaria disminuyó durante la pandemia de COVID-19 debido a los programas federales de ayuda y la expansión de los programas federales de asistencia alimentaria.
DiNapoli planteó la preocupación de que la inseguridad alimentaria pueda aumentar a medida que caduquen los beneficios federales, en particular, los beneficios adicionales del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) que vencen el miércoles.
“La ayuda federal ayudó a los neoyorquinos a llevar comida a la mesa durante la pandemia, pero algunos programas de ayuda están terminando debido a que la inflación y otras presiones están llevando los presupuestos familiares al límite”, dijo DiNapoli. “Con todos los desafíos que enfrenta la gente durante estos tiempos difíciles, debemos asegurarnos de que los neoyorquinos no pasen hambre. Los programas de nutrición de nuestra nación deben ampliarse para ayudar a quienes luchan por alimentarse a sí mismos y a sus familias”.
La inseguridad alimentaria en Nueva York y a nivel nacional continuó con una tendencia a la baja incluso durante la pandemia de COVID-19 debido a las medidas de política federal.
Estas acciones mejoraron los ingresos, incluidas tres rondas de pagos de impacto económico y la expansión temporal del Crédito Tributario por Hijos en 2021, y aumentaron la asistencia disponible a través de los programas federales de nutrición, incluidos SNAP y el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Bebés y Niños (WIC) .
Es posible que esta tendencia a la baja no dure mucho más, ya que los programas federales de ayuda caducan y los precios de los alimentos continúan aumentando.
El informe recomienda que el gobierno federal extienda los beneficios temporales para los programas SNAP, WIC y comidas escolares hasta que disminuya el impacto de la inflación en los costos de los alimentos y aumente los niveles de elegibilidad para los programas de asistencia alimentaria.
Otras recomendaciones incluyen la renovación de la expansión del crédito fiscal federal por hijos, la implementación de la Estrategia de la Casa Blanca sobre el Hambre, la Nutrición y la Salud y la promoción de programas estatales de nutrición.
“El acceso a alimentos de calidad, como frutas y verduras frescas, es fundamental para la salud y el bienestar de todos. Por lo tanto, es preocupante ver el informe del Contralor del Estado DiNapoli que muestra que muchos neoyorquinos no tienen una alimentación adecuada”, dijo la senadora Rachel May. “ Este problema es especialmente frecuente en comunidades como Syracuse y Auburn, donde muchos residentes viven en desiertos alimentarios y sin acceso a supermercados. Con nuestros socios en el gobierno federal, debemos trabajar a nivel estatal para aprovechar los programas actuales, ampliar nuestro alcance a comunidades adicionales y sea creativo sobre cómo abordar el problema apremiante de la inseguridad alimentaria”.
