Ciudadanía aún no se adapta al cyber perro de la Policía de Nueva York

New York

El Departamento de Policía de Nueva York ha utilizado un perro robot para irrumpir en la escena de un crimen en el Bronx. Y aunque su objetivo solo era reconocer el estado del piso investigado por la policía antes de que entraran los agentes, verlo en acción sigue siendo terrorífico.

En un vídeo, grabado por Daniel Valls para Freedom News TV, se puede ver a los agentes de la unidad de respuesta técnica de la Policía neoyorquina preparando el robot antes de lanzarlo en su misión. Al final, el cibercan encontró que no había nadie en la casa.

 Aun así, como declaró el inspector de esa unidad técnica al New York Post, “el objetivo de estos robots es salvar vidas, proteger a las personas y los agentes”. Si hubiera habido alguien en la casa, el robot está equipado con un sistema de comunicación bidireccional para que la Policía y los sospechosos puedan comunicarse sin elevar la tensión innecesariamente, algo que podría acabar con alguien muerto o herido.

Creado por Boston Dynamics —una compañía pionera en crear robots para los militares estadounidenses—, Spot es un perro robot de 31 kilos de peso que está equipado con sensores de rayos láser para el análisis 3D del terreno (LiDAR) en tiempo real, cámaras, micrófonos y un cuatro patas que le permiten saltar y subir por escaleras como lo haría cualquier perro orgánico.

Estos perros cibernéticos parecen inspirar un terror natural en la mayoría de las personas que los ven. Dejando de lado la referencia de los perros robots asesinos de “Black Mirror”, hay algo en ellos que parece que no termina de encajar en nuestra mente. Quizás sea una mezcla de su aspecto y su comportamiento, demasiado similar al de un perro real —o un depredador— lo que choca con nuestra mente primitiva y los patrones grabados a fuego durante millones de años de evolución. 

Lo que está claro es que habrá que ir acostumbrándose a verlos por todas partes, junto con otras criaturas mecánicas. Aunque los robots caninos del NYPD todavía están en periodo de pruebas, miles de corporaciones los están ya utilizando para todo tipo de tareas, desde patrullar fábricas y almacenes hasta la manipulación de objetos peligrosos con brazos robots añadidos o ayuda en zonas de desastre. 

Y esas aplicaciones son solo las que conocemos. Aparte de departamentos de Policía, Bomberos y otros servicios de emergencia, está claro que las aplicaciones militares de este tipo de máquinas son inevitables, como ya ha demostrado el Pentágono con otros robots en el pasado.

Otro ejemplo claro: un colectivo de artistas llamado MSCHF compraron un Spot para convertirlo en una máquina de disparar balas de pintura. El robot formó parte de una instalación en una galería de arte norteamericana llamada Spot’s Rampage (que se podría traducir como ‘la violencia descontrolada de Spot’).

En esa instalación cualquier persona podía controlarlo por internet para disparar balas de pintura contra varios objetivos, una referencia obvia a la posibilidad de armar estos seres cibernéticos. Los de Boston Dynamics condenaron la instalación, aunque todo el mundo sabe que colaboran estrechamente con el Pentágono en proyectos que nadie conoce por ahora.

Los robots caninos como Spot —la primera generación de muchos que seguirán, mucho más rápidos e inteligentes— son algo caros, pero van bajando de precio año a año. Una de estas máquinas cuesta unos $74.000. 

En poco tiempo su precio las pondrá al alcance de pequeñas empresas, comunidades de vecinos y particulares.

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