Si alguna cosa no debe rastrear el Barcelona en el mercado de fichajes es la posición de central. La tiene más que cubierta. De hecho, hay excedente después que Pau Cubarsí haya dado el salto al primer equipo y se haya consolidado a una velocidad tan apabullante que ya parece imposible discutirle su presencia con los grandes ni la titularidad.
Sea quien sea el entrenador la temporada que viene, Cubarsí ha llegado para quedarse y formará parte de la primera plantilla en la 2024-2025. Sería impensable pensar lo contrario.
El club está trabajando en una ampliación de su contrato, que se asemejaría a la de Lamine Yamal. Estructurada en dos fases. Al ser menor de edad, primero se le mejorarían las condiciones en un nuevo contrato, que duraría hasta que cumpla los 18 años, y que también vería aumentada su cláusula de rescisión.
Una vez con la mayoría de edad, se le propondría firmar un vínculo de larga duración (podría ser hasta 2030) y ya con un precio de libertad de 1.000 millones, la cifra de todos los jugadores estructurales para el club azulgrana. Las negociaciones van avanzando y en el Barça son optimistas.
El área deportiva comandada por Deco sueña con que en el Barça del futuro la pareja de centrales sea la formada por Araújo y Cubarsí, pero en el caso del uruguayo, pese a que el club insiste en que es intransferible y que Laporta dijera que lo renovaría “de por vida”, la realidad es que si llega una oferta del Bayern de Múnich u otro equipo por 100 millones de euros habrá que pensárselo.
Araújo renovó hace poco pero haciendo un esfuerzo teniendo en cuenta la situación económica de la entidad y querría mejorar sus condiciones.
También está el caso de Jules Koundé. Xavi peleó como pocos su fichaje porque entendía que el equipo daría un salto de calidad importante y que podría formar un tándem inexpugnable con Araújo en el eje de la defensa. Pero la realidad es que el francés ha acabado jugando más partidos de lateral que de central. Y no parece ser que la temporada que viene sea diferente.
Si Koundé acepta su nueva realidad seguirá, aunque si vuelve a llamar a la puerta del despacho del entrenador para reclamar que es central quizá se escuchen ofertas por él porque tiene mercado. Aunque, claro está, habría que esperar a conocer al nuevo técnico si no sigue Xavi para ver qué planes tiene con él.
El caso de Iñigo Martínez es peculiar. La idea inicial del Barcelona es que siga porque firmó dos años con el club azulgrana el pasado mes de julio, pero su inscripción en LaLiga caduca el próximo mes de junio y se le deberá inscribir como fichaje si el Barça quiere que continúe.
De ahí las informaciones aparecidas hace un par de semanas sobre una posible salida del jugador porque con su elevado salario será difícil encajarlo en el límite salarial.
El asunto de los cedidos
Además de todos estos casos, hay que tener en cuenta que el 30 de junio finalizan las cesiones puras de Eric García al Girona y la de Lenglet al Tottenham. El central catalán ya ha declarado que volverá seguro al Barcelona el próximo verano y en función de lo que pase su futuro puede variar.
Si siguen todos, quizá entienda que lo mejor para él es una nueva salida (ya se vería si en forma de cesión o traspaso) pero si hay alguna marcha tiene muchos números de quedarse. En el caso de Lenglet, no hay dudas. La dirección deportiva intentará que quede definitivamente desvinculado del club.
También está cedido en el Betis, Chadi Riad. En su contrato de cesión se incluyó una opción de compra obligatoria para el conjunto bético de tres millones de euros.
El Barça se aseguró, eso sí, que podría recomprarlo por siete millones durante las dos próximas temporadas. Y ante su gran progresión -es indiscutible para Pellegrini- el área técnica se está pensando muy seriamente la opción de recomprarlo, ya sea para quedárselo o para hacer más negocio.
Y también está el caso de Mika Mármol. El central tiene contrato hasta 2026 con la UD Las Palmas, pero el Barcelona sigue poseyendo el 50% de sus derechos.
Es una pieza indiscutible en el equipo de García Pimienta y no para de crecer en su primera temporada en Primera División. Su futuro, a día de hoy, es una incógnita pero habrá que tomar decisiones.
En cualquier caso, durante el mercado de verano se deberán tomar muchas decisiones para resolver el overbooking de jugadores que hay en la posición de central entre los que ya están en la plantilla, los que deben volver si o si y los que el Barcelona sigue manteniendo bajo control.