La demanda de viajes sigue siendo sólida, pero numerosas ineficiencias plagan la experiencia y están provocando que la gente evite los viajes, dijo el director de la Asociación de Viajes de Estados Unidos, culpando directamente a la atención y la financiación federales inadecuadas.
Los viajeros aéreos planean saltarse, en promedio, dos viajes durante el próximo año debido al temor a retrasos y cancelaciones de vuelos y a “ineficiencias en el procesamiento de los aeropuertos”, dijo el miércoles el director ejecutivo de la Asociación de Viajes de Estados Unidos, Geoff Freeman, en una conferencia de prensa. Esos viajes evitados significarán 71 mil millones de dólares en pérdidas para la economía, dijo.
«No podemos darle al viajero razones para evitar viajar y eso es lo que estamos haciendo hoy», dijo Freeman, cuyo grupo sin fines de lucro representa a cientos de grupos hoteleros, aerolíneas, operadores turísticos y agentes de viajes.
La asociación dice que los viajeros en muchos países esperan más de 400 días para obtener una visa estadounidense, mientras que las solicitudes de pasaporte estadounidense pueden demorar hasta 11 semanas y hasta seis meses para la aprobación de Global Entry. La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza tiene 1.700 agentes menos de lo que necesita, dijo la Asociación de Viajes.
El Departamento de Estado dice que recibió un récord de 24 millones de solicitudes de libretas y tarjetas de pasaporte el año pasado en medio de un aumento de estadounidenses que viajan al extranjero.
La TSA se ha visto acosada por un desgaste mayor que el de otras agencias federales y necesita más de $5 mil millones para contratar oficiales de control adicionales, con salarios competitivos, según la asociación. En julio, la TSA ofreció un nuevo plan de compensación para alinear a los empleados con un salario comparable al de otros trabajadores federales.
Los controles en los aeropuertos de Estados Unidos no han evolucionado desde que se creó la Administración de Seguridad en el Transporte, tras los ataques terroristas de 2001. Otras naciones han desarrollado protocolos de seguridad de modo que las personas no necesitan quitarse los zapatos y el cinturón, ni sacar bebidas de su equipaje de mano, dijo Freeman.
«Creo que es sólo cuestión de tiempo antes de que la gente se pregunte: ‘¿No hay una mejor manera de hacerlo, más de dos décadas después de esos horribles acontecimientos?'», dijo Freeman. “Aquí los viajeros no piden la luna. Están pidiendo los mismos tipos de eficiencias que ya se han adoptado en otras partes del mundo”.
