Grupos empresariales de Nueva York advierten que una propuesta legislativa para reformar las leyes antimonopolio del estado costaría miles de empleos y amenazaría la economía.
La Ley Antimonopolio del Siglo XXI, impulsada por el vicelíder de la mayoría del Senado estatal, Michael Gianaris, demócrata por Queens, y la líder de la minoría de la Asamblea, Crystal People-Stokes, demócrata por Buffalo, reduciría el umbral para la aplicación de las leyes antimonopolio y permitiría demandas colectivas por infracciones a las regulaciones antimonopolio propuestas, entre otros cambios.
“Nuestras leyes antimonopolio se redactaron hace un siglo para una economía radicalmente diferente y necesitan una reforma urgente”, declaró Gianaris en una declaración reciente sobre la propuesta. “El poder corporativo ha alcanzado niveles peligrosos y sin precedentes, y necesitamos nuevas leyes contundentes para proteger al público y a nuestra economía”.
La iniciativa forma parte de un movimiento antimonopolio para apoyar a los trabajadores y las pequeñas empresas, que se ha centrado en Walmart, Amazon y otros grandes minoristas. Fue aprobada el año pasado por el Senado estatal, pero ha quedado estancada en la Asamblea debido a la oposición.
Sin embargo, el Consejo Empresarial de Nueva York y otros miembros de una coalición que lucha contra los cambios propuestos afirman que los pequeños empleadores se encontrarían entre los sectores más afectados por la propuesta, que impondría regulaciones de «Abuso de Dominio» al estilo europeo en el estado. Los grupos instan a los legisladores a rechazar la propuesta.
«Adoptar una norma antimonopolio exclusiva de Nueva York desalentaría la creación de empleo, la inversión empresarial y el crecimiento económico en todos los sectores de Nueva York», declaró la coalición en un comunicado.
Hospitales, casinos, instituciones financieras y supermercados podrían verse afectados por mayores costos operativos que, en última instancia, repercutirían en los consumidores, señaló la coalición. Esto podría provocar una reducción de las inversiones en Nueva York, lo que podría derivar en recortes en la atención médica y otros servicios esenciales, señalaron los grupos.
La coalición citó un informe reciente que concluyó que la propuesta podría reducir el producto interno bruto del estado en 20 000 millones de dólares durante el primer año tras su aprobación, lo que resultaría en la eliminación de hasta 58 000 empleos.
«Múltiples análisis económicos muestran que la promulgación de este proyecto de ley tendría importantes impactos negativos en la economía y el empleo del estado», declaró la coalición.
Además, la coalición afirmó que el plan «viola numerosas normas y buenas prácticas nacionales e internacionales, y evitaría la cooperación multiestatal en favor de un estándar exclusivo para Nueva York».
«De adoptarse, Nueva York sería el único lugar en Estados Unidos donde las transacciones comerciales estarían sujetas a la revisión regulatoria del Fiscal General de Nueva York y a litigios privados basados en estándares legales extranjeros que están fuera de sintonía y son desconocidos para las empresas, tribunales y reguladores estadounidenses, y son incompatibles con la ley federal y los precedentes», afirmó la coalición.