Proenza Schouler sorprende en la Semana de la moda en NY con su colección funcional y discreta

La casita Trendy

No hubo un tema narrativo estricto ni una silueta clara en la colección de Proenza Schouler de esta temporada, pero aun así fue una colección realmente increíble del dúo de diseñadores.

Su punto de partida fue un banco de imágenes de mujeres, artistas, pensadores y escritores que han inspirado a los diseñadores Jack McCollough y Lazaro Hernandez. El resultado fueron cuarenta looks y cuarenta formas de vestir muy diferentes.

«Esta temporada (…) comenzamos literalmente con fotos de las mujeres en nuestras vidas que admiramos y respetamos a nivel personal, a nivel estilístico».

Esas mujeres incluyeron a la actriz estadounidense Chloe Sevigny, quien abrió el espectáculo con un traje de falda larga de cuero, un material ampliamente utilizado en la colección.

Proenza Schouler, una marca que se caracterizó durante mucho tiempo por ser conceptual y vanguardista, ha evolucionado en los últimos años para concebir un guardarropa más pragmático.

Esta colección otoño-invierno 2023 parece ser la culminación de esa tendencia.

«Estamos cansados de toda esta fantasía y de la ropa de Instagram», dijo Hernández.

Prendas con carácter pero menos pretenciosas conforman la colección, que incluye varios trajes de pantalón relativamente clásicos y muchas faldas por debajo de la rodilla, acompañadas con botas altas, a menudo de cuero.

Aún así, Proenza no ha abandonado la sofisticación.

Vestida con un elegante blazer, con cremallera trasera para mayor comodidad, y combinado con la primera de muchas camisas cuidadosamente arrugadas y fruncidas.
 
Prácticamente desprovista de estampados, salvo algunas sedas recicladas de sus propios archivos, utilizadas como detalles en algunos vestidos plisados bellamente drapeados. Otros vestidos estaban adornados con hilos de lentejuelas, en ingeniosos gestos poéticos. Elegancia reciclada.
 
Los diseñadores jugaron con algunas prendas de punto sorprendentes, tejidas en un ángulo de 60 grados para que colgaran elegantemente torcidas sobre el torso.  Y dos sensacionales vestidos de hilo metálico sobre gasa de crepé también llamaron la atención. Al igual que una serie de vestidos de cuero con guantes fruncidos en peltre o rojo sangre.

Los grandes y sencillos abrigos boyfriend confeccionados en bouclé de tweed resultaban ideales. Mientras que una serie de abrigos de piel de poni eran hipermodernos, con sus suaves capas y pliegues, tanto en amarillo cadmio como en blanco y negro. Muchos looks fueron acompañados de botas altas de napa.
 
Una colección recibida con un atronador aplauso al final. Incluyendo a muchos amigos, desde Sienna Miller y Alexa Chung hasta Liya Kebede y Marc Jacobs, vestido con una chaqueta púrpura romano y tacones altos.
 
Intrigante, innovador interesante y experimental en el mejor sentido de la palabra. Como los tops de terciopelo teñido y los vestidos confeccionados dejando que cubitos de hielo de tinte gotearan lentamente por metros de tela.

Esta colección no tenía un solo look aburrido. Por el contrario, se trataba de un guardarropa completo y fresco, y de prendas ideales para las activas mujeres urbanas de hoy en día. Siempre con un aspecto sofisticado y artístico, incluso cuando las prendas parecen hacer referencia a la propia arquitectura que las rodea, ya sea de clasicismo desfasado o industrial.
 
De hecho, pensándolo bien, ningún diseñador que trabaje hoy en Nueva York define mejor la moda americana que Proenza Schouler.