Putin proclamó la anexión de 4 territorios ucranianos

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En una demostración del desprecio que siente por la opinión del resto del mundo, que lo único valedero es lo que él piensa, Vladimir Putin anexó hoy cuatro regiones ucranianas a Rusia en un discurso abrasador del Kremlin en el que también prometió «aplastar» a Occidente y liberar al mundo, lo que aumenta los temores de que se esté preparando para desplegar el enorme arsenal nuclear de Moscú. 

El déspota ruso, hablando frente a sus subalternos en 

una ceremonia solemne en el Gran Palacio del Kremlin, en Moscú, declaró que «millones de personas» habían «optado» por convertirse en vasallos de Rusia después de organizar referendos falsos en los que las tropas armadas iban de puerta en puerta con urnas de vidrio transparente para obligar a la gente a votar. 

«Son nuestro pueblo, para siempre», dijo ante una ovación de pie dentro del gran Salón Georgiano del Kremlin antes de pedir a Ucrania y sus aliados occidentales que abandonen las esperanzas de volver a tomarlos, repitiendo la amenaza de usar «todas las fuerzas» para defender los «nuevos territorios». 

Luego volvió su mirada hacia Occidente, entregando una regla llena de odio en la que recordó los horrores del colonialismo, ambas guerras mundiales, Corea y Vietnam; hizo gestos homofóbicos y acusó a los occidentales de ser «satanistas»; prometió que «la hegemonía occidental será aplastada» y habló del «destino» de Rusia para liberar al mundo. 

Ucrania no acepta esa decisión 

La promesa de Putin de proteger sus «nuevos territorios» se pondrá a prueba casi de inmediato, ya que se cree que miles de tropas rusas están rodeadas en Lyman, en la región de Donetsk, con la ciudad al borde de caer y las tropas capturadas o muertas en el proceso, posiblemente en las próximas horas. 

«Es el deseo de millones de ciudadanos. Y es su derecho», ha dicho el mandatario ruso en una retransmisión en directo. Un anuncio, que fue seguido por unos minutos de silencio, por los «heróes» caidos en Ucrania, y se que concretó con la firma de la actas de anexión de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, con los respectivos jefes de los gobiernos marioneta instalados por Moscú en estos cuatro territorios, Denís Pushilin, Leonid Pásechnik, Vladímir Saldo y Evgueni Balitski. Despés de anunciar la anexión pidió a Kiev «un alto el fuego. Haremos todo lo posible porque la vida de nuestros ciudadanos sea segura». 

Están presentes también parlamentarios y miembros del Ejecutivo ruso. Ante todos ellos, Putin pronunciará un discurso para explicar las razones de una decisión que Kiev ha condenado de antemano y ha causado repulsa en el seno de la Comunidad Internacional. 

Desafío a la comunidad internacional 

La anexión de otras cuatro provincias ucranianas, que se escenifica ahora en el Kremlin, constituye otra peligrosa vuelta de tuerca de Putin, no sólo a Ucrania como Estado, sino al orden mundial establecido tras la II Guerra Mundial. El presidente ruso se apoya en los resultados de unos referendos celebrados entre los días 23 y 27 de septiembre en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, no reconocidos por nadie salvo por él mismo y los rebeldes prorrusos.