A cuidar esa presión arterial, porque si alta puede acelerar el envejecimiento de los huesos

Salud

Un estudio ha revelado que una presión arterial alta podría acelerar el envejecimiento de los huesos.

Los investigadores indujeron presión arterial alta en ratones jóvenes, que respondieron con pérdida y daño óseo relacionado con la osteoporosis que podría compararse al de los ratones de más edad. La investigación ha sido presentada durante las Sesiones Científicas de Hipertensión 2022, celebradas por la Asociación Americana del Corazón, y publicada en ‘EurekAlert‘.

Los científicos examinaron la inflamación asociada con la presión arterial alta en ratones y descubrieron que podría estar relacionada con la osteoporosis. Ambas son enfermedades prevalentes y las personas pueden sufrirlas al mismo tiempo.

Elizabeth Maria Hennen explica que «la médula ósea es donde se produce tanto hueso nuevo como nuevas células inmunitarias. Sospechamos que más células inmunitarias proinflamatorias en la médula ósea pueden estar provocando daños en el hueso y debilitándolo.

Al comprender cómo la hipertensión contribuye a la osteoporosis, es posible que podamos reducir el riesgo de esta y proteger mejor a las personas de sufrir fracturas por fragilidad y una menor calidad de vida».

Resultados concluyentes

En el estudio participaron un total de 45 ratones: a 12 ratones jóvenes (de 4 meses) y 11 ratones mayores (16 meses) se les administró durante seis semanas angiotensina II, una hormona que provoca presión arterial alta.

Hubo otros dos grupos de control: uno de 13 ratones jóvenes y otro de 9 ratones mayores. Al final, los investigadores analizaron los huesos de los cuatro grupos, estudiando su fuerza y densidad, y utilizaron algoritmos matemáticos para estimar los efectos potenciales de la hipertensión y el envejecimiento.

Los resultados fueron concluyentes: los ratones jóvenes a los que les habían provocado hipertensión redujeron en un 24% el volumen óseo, el 18% el grosor del hueso trabecular ubicado al final de los huesos largos (como fémures y la columna vertebral) y el 34 % en la fuerza de falla estimada, que es la capacidad de los huesos para resistir diferentes tipos de fuerza. Según la doctora Hennen, «la fuerza de falla se traduce en huesos más débiles.

En la columna vertebral, la debilidad de los huesos puede provocar fracturas vertebrales a lo largo de la vida». Por su parte, los ratones mayores que también sufrieron hipertensión no mostraron una pérdida ósea similar.

Eso llevó a los investigadores a concluir que «en estos ratones, ser hipertensos a una edad más temprana envejeció sus huesos como si fueran entre 15 y 25 años mayores, humanamente hablando».

Los científicos analizaron la médula ósea de los ratones para identificar células individuales y clasificar células inmunitarias específicas. Encontraron en los ratones jóvenes hipertensos un aumento en el número de moléculas de señalización inflamatorias; eso indica un aumento de la inflamación en los huesos en comparación con los ratones que no sufrieron presión arterial alta.

Osteoporosis en hipertensos

La doctora Hennen señala que «este aumento en las células inmunitarias activas nos dice que los ratones más viejos están más inflamados en general y que un estado continuo de inflamación, ya tengan presión arterial alta o no, puede tener un impacto en la salud ósea».

La científica añade que «parecía que la presión arterial alta estaba ajustando el proceso de remodelación ósea hacia la pérdida ósea, en lugar de la ganancia ósea o el equilibrio óseo, en los ratones jóvenes hipertensos. Como resultado, los huesos serán más débiles, lo que aumentará el riesgo de osteoporosis y fracturas por fragilidad.

En los humanos, esto podría significar que debemos evaluar la osteoporosis en personas con presión arterial alta».

La directora del estudio cree que estos hallazgos ayudarán a los investigadores a identificar las células y los mecanismos inmunitarios que desempeñan un papel en la salud de los huesos humanos. Algo que puede llevar a prevenir la osteoporosis en la edad adulta temprana, aunque aún se necesitan más estudios, principalmente en humanos, para confirmar los descubrimientos.