Cómo perder peso con una dieta sana

Salud

Querer adelgazar y perder peso rápido es un objetivo común para muchas personas, especialmente tras épocas de excesos en la mesa como es la Navidad. Es normal que cuando comemos o cenamos fuera de casa nos salgamos de la dieta y cueste más mantener una alimentación saludable.

Si has llegado hasta aquí es seguramente porque te estás planteando seguir una dieta para perder peso.

Si notas que esto ha supuesto que ganes unos kilos de más, no te obsesiones con ello: en cuanto retomes una rutina sana notarás que vuelves a estar en forma y recuperas tu figura.

Perder los kilos de más no es difícil si comes sano y haces deporte regular, pero tampoco ocurre de un día para otro. Las dietas ‘milagro’ que prometen adelgazar muy rápido son tan restrictivas que acaban provocando un efecto rebote en cuanto las dejas de seguir y vuelves a tu rutina habitual.

Seguir una de estas dietas ‘milagro’ podrá hacer que bajes peso, pero no de forma sana. De hecho, seguir una alimentación demasiado estricta puede incluso provocar problemas de desnutrición, anemia y otras complicaciones. Además, estos planes tan extremos hacen que dejes de lado alimentos nutritivos y tomes raciones tan pequeñas que acabes picando cualquier cosa por el hambre. ¿El resultado? No adelgazas y tampoco obtienes los nutrientes necesarios para tu cuerpo.

Los expertos han identificado las fórmulas ‘milagro’ más populares entre quienes quieren adelgazar rápido y avisan de su riesgo para la salud. En concreto, las dietas milagro más comunes se pueden clasificar en cuatro grupos:

Dietas hipocalóricas desequilibradas

Suponen un déficit calórico extremo, aportando entre 600 y 800 kcal diarias, produciendo déficits de determinados nutrientes si se mantienen en el tiempo y otros síntomas como cansancio, irritabilidad, dolor de cabeza, etc.

Dietas disociadas

En estas dietas no se pueden mezclar en una misma comida alimentos ricos en hidratos de carbono con otros ricos en proteína o grasa, un fundamento ilógico y sin evidencia científica. 

Dietas excluyentes 

Se basan en eliminar algún macronutriente de la alimentación. Además, suele ser necesario comprar productos para su seguimiento. «Algunas dietas ofrecen barra libre de proteínas, pero retirando los hidratos de carbono, por lo que te encuentras peor, más cansado, y a largo plazo es contraproducente porque favorece la pérdida de masa muscular», comenta Juan Manuel Guardia, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Monodietas

Finalmente, hay otros tipos, como las monodietas, en las que solo se puede comer un mismo alimento durante todo el día; la dieta del grupo sanguíneo o la dieta alcalina.

Ayuno intermitente

Con todo, Guardia aclara que en lo que se conoce como «ayuno intermitente» hay más evidencia científica. «Puede tener ciertos pros frente a contras.

Se trata de pasar varias horas del día sin consumir alimentos. Es cierto que se podría valorar en algunas personas de forma individualizada, pero no es recomendable en niños pequeños en etapa de crecimiento, en mujeres embarazadas, o en personas frágiles, ancianas o con problemas médicos severos», explica el médico especialista en Endocrinología y Nutrición. «En definitiva, esta dieta solo se debe hacer con el apoyo de un nutricionista», asevera.