No todo el mundo sabe que tener un estómago feliz también tiene un gran impacto en el estado de ánimo, ya que aproximadamente el 90 % de la serotonina del cuerpo y más del 50 % de la dopamina (dos neurotransmisores cruciales responsables de hacernos sentir bien) se producen en el intestino.
Por este motivo, los científicos suelen llamar al intestino “el segundo cerebro”.
Y aunque una manzana al día puede mantener alejado al médico, las investigaciones muestran que una naranja al día puede mantener a raya la depresión.
En la Facultad de Medicina de Harvard, un equipo de investigadores analizó los datos de más de 30.000 mujeres y descubrió que aquellas que consumían muchos cítricos tenían muchas menos probabilidades de desarrollar depresión que aquellas que no lo hacían.
Sus hallazgos fueron publicados a finales del año pasado en la revista Microbiome.
Se descubrió que comer una naranja mediana al día puede reducir el riesgo de desarrollar depresión en un 20% aproximadamente
“Y el efecto parece ser específico de los cítricos. Cuando observamos el consumo total de frutas o verduras de las personas, o de otras frutas individuales como las manzanas o los plátanos, no vemos ninguna relación entre la ingesta y el riesgo de depresión”.
Utilizando muestras de heces, los investigadores descubrieron que comer más cítricos estaba asociado con mayores niveles de una bacteria intestinal beneficiosa llamada Faecalibacterium prausnitzii (F. prausnitzii), que es conocida por sus propiedades antiinflamatorias, pero que también podría ayudar a que la serotonina y la dopamina lleguen al cerebro.
Un estudio publicado en 2022 descubrió que comer menos frutas cítricas estaba claramente asociado con un mayor riesgo de depresión en pacientes con problemas de salud crónicos.
Sin embargo, Mehta señaló que es «difícil comparar la eficacia de los cítricos con los antidepresivos tradicionales… porque estamos hablando de prevenir la depresión, y esos medicamentos suelen usarse para tratar la depresión una vez que una persona ya la está experimentando».
Los investigadores también reconocieron que su estudio tenía ciertas limitaciones, ya que la mayoría de los participantes eran mujeres blancas de mediana edad; además, aunque controlaron varios factores, todavía existe la posibilidad de que sus hallazgos fueran correlacionales en lugar de causales.
Aun así, comer una naranja (o limón o pomelo, si eso es lo que prefiere) al día ciertamente no puede hacer daño, y el estudio arroja luz sobre la relación entre el intestino y el cerebro, así como el papel que estas frutas desempeñan en él.
“Espero que nuestros resultados inspiren a otros investigadores a estudiar el vínculo entre la dieta y la salud mental”, afirmó Mehta. “Creo que la gente sabe intuitivamente que los alimentos que comemos afectan a nuestro estado de ánimo. Incluso tenemos un término para esto: alimentos reconfortantes, que nos hacen sentir mejor a corto plazo”.
“Existe una enorme necesidad insatisfecha de tratamientos para la depresión, y comer cítricos realmente no tiene efectos secundarios importantes”, añadió, “así que sería fantástico ver cuánto puede ayudar este sencillo tratamiento”.