El cáncer de colon se encuentra entre los tumores más diagnosticados, afectando tanto a hombres como a mujeres. Su evolución suele ser silenciosa en las primeras fases, por lo que detectar signos tempranos es esencial para aumentar las posibilidades de éxito en el tratamiento.
Dos síntomas pueden indicar la presencia de esta enfermedad. El primero es el sangrado rectal, que puede aparecer en las heces o al limpiarse después de la evacuación.
Aunque en muchos casos puede deberse a hemorroides u otras afecciones, su persistencia debe ser evaluada por un médico.
El segundo síntoma relevante es un cambio prolongado en los hábitos intestinales, como la alternancia entre estreñimiento y diarrea sin una causa evidente.
Si esta alteración se mantiene durante semanas, es recomendable acudir a un especialista para determinar su origen.
El cáncer de colon suele originarse a partir de pólipos benignos en el intestino grueso, que con el tiempo pueden volverse malignos.
El diagnóstico temprano puede aumentar las probabilidades de tratamiento exitoso hasta en un 90 %. Para ello, se recomienda realizar pruebas de cribado como la colonoscopia o el test de sangre oculta en heces, especialmente en personas con factores de riesgo.
Prevención y factores de riesgo
Las posibilidades de desarrollar esta enfermedad aumentan con la edad, especialmente en personas mayores de 50 años. Otros factores incluyen antecedentes familiares de cáncer colorrectal, obesidad, tabaquismo, consumo excesivo de carne roja y un estilo de vida sedentario.
Especialistas insisten en la importancia de una alimentación rica en fibra, frutas y verduras, además de la práctica regular de ejercicio físico.