Reducir el consumo diario de sal podría salvar vidas

Salud

La recomendación es clara: pasarse con la sal (o cloruro de sodio) aumenta la presión arterial y también las posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares, un accidente cerebrovascular potencialmente mortal o un ataque al corazón.

La teoría es alta conocida, pero ¿qué impacto real tiene reducir su ingesta diaria? Una investigación ha cuantificado la relación entre el consumo de sal y el riesgo de sufrir un problema cardiovascular, y la conclusión aparece en términos claros y contundentes.

Pasarse con la sal es malo para ti

Partiendo de la pregunta ‘¿reducir la sal realmente puede ayudar a disminuir el riesgo de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular y otras enfermedades?, los investigadores analizaron los datos disponibles para ver cómo la reducción del consumo diario de sal, que sí que es necesaria para equilibrar los niveles de líquidos en el cuerpo -si bien este necesita una cierta cantidad de sal para realizar las funciones necesarias, la moderación es clave-, afectaría a la salud. A

Analizaron los datos dentro de tres posibilidades: reducción de sal de 1 gramo al día (alrededor de ¼ de cucharadita) dentro del primer año, reducción del consumo de sal en un 30 por ciento para 2025, equivalente a una reducción gradual de 3,2 gramos por día o reducción del consumo de sal a menos de 5 gramos por día para 2030.

Inicialmente, los científicos plantearon la hipótesis de que la presión arterial sistólica (el número más alto) disminuiría.

Estimaron las caídas en la presión arterial sistólica, el número más alto en una lectura de presión arterial que indica la fuerza con la que el corazón bombea sangre por todo el cuerpo, y el riesgo subsiguiente de ataques cardiacos/derrames cerebrales y muertes por enfermedades cardiovasculares. ¿Tenían razón? Así fue.

Los autores concluyeron que eliminar aproximadamente 1/4 de cucharadita de sal al día en nuestra ingesta diaria de comida podría evitar ciertas enfermedades y la muerte con el paso del tiempo.

Es más, reducir un gramo en el consumo diario de sal podría prevenir millones de casos de enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares y salvar 4 millones de vidas para 2030, según las estimaciones que publican en la revista de acceso abierto ‘BMJ Nutrition Prevention & Health’.

Disminuir la ingesta de sal en 1 gramo por día podría reducir la presión arterial sistólica promedio en 1,2 mm/Hg y prevenir 9 millones de eventos de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares para 2030.

El modelo del estudio mostró que reducir la ingesta de sal en 1 g podría reducir el riesgo de cardiopatía isquémica en un 4% y el riesgo de accidente cerebrovascular en un 6%

¿A qué franja de edad beneficiaría más el cambio?

Los beneficios de rebajar el consumo de sal serían aplicables a personas de todas las edades, según el estudio. Otros beneficios potenciales (pero no rastreados) de aminorar el consumo de sal incluyen reducciones en la enfermedad renal crónica, por ejemplo.

La disminución del consumo de sal no solo puede reducir las enfermedades cardiovasculares y las muertes, sino que también ayudaría a aliviar el estrés en el sistema de atención médica. Recordemos que el consumo excesivo de sal puede aumentar el riesgo de dolores de cabeza, cálculos renales, osteoporosis, retención de líquidos o cáncer de estómago.

Los resultados del estudio son llamativos, ya que en países como China, los habitantes consumen aproximadamente 11 g de sal al día, más del doble de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Cambiar los hábitos podría salvar muchas vidas.

“Este estudio de modelado muestra que la reducción de sal por sí sola podría traer enormes beneficios para la salud de toda la población de China”, dicen los investigadores.

Prevención

El Gobierno chino ha lanzado una campaña llamada China saludable 2030 para tratar de alcanzar su objetivo de una ingesta diaria de sal de solo 5 gramos (es decir, pasar de 11 a 5 gramos diarios), pero no parece una meta fácil con una población de 1.400 millones de personas.

“Dada la relación dosis-respuesta establecida entre el consumo de sal, la presión arterial sistólica y las enfermedades cardiovasculares, reducir el consumo de uno de los mayores consumidores mundiales tendría un impacto significativo en la salud de la población, algo que ya se ha logrado en otros países del mundo”, añaden los expertos.

Las personas de mediana edad, mayores, diabéticas o incluso con enfermedad renal se beneficiarían aún más de la reducción del consumo de sal. Si acompañamos nuestra dieta con un buen surtido de verduras, frutas, legumbres y productos lácteos bajos en grasa, bajaremos la presión arterial y prevendremos la hipertensión.