La piel es la cara externa de la medicina interna. A través de la piel, el pelo y las uñas, los dermatólogos podemos diagnosticar más de 1000 enfermedades internas. Y una de ellas es el cáncer.
A pesar de los asombrosos avances que la oncología moderna ofrece en el manejo del cáncer en general, su diagnóstico precoz sigue siendo su mejor tratamiento. Por ello una buena exploración de la piel nos puede ayudar en muchos casos.
En consultas numerosos pacientes en los que manifestaciones cutáneas alertan sobre procesos oncológicos internos, también llamadas dermatosis paraneoplásicas.
Puede parecer sorprendente, pero un dermatólogo, simplemente explorando la piel de un paciente, puede sospechar la existencia de un cáncer interno antes incluso de que se detecten síntomas más evidentes.
A lo largo de la historia de la medicina, se han documentado numerosos casos en los que una manifestación cutánea ha llevado al hallazgo de un tumor oculto, permitiendo una detección precoz que ha cambiado el pronóstico del paciente.
Estas alteraciones cutáneas aparecen en el 10% de todos los cánceres, y es la manifestación inicial del cáncer interno en el 1% de los casos.
Señales cutáneas que pueden indicar un cáncer interno
A continuación, describimos algunas manifestaciones cutáneas que pueden ser indicativas de una neoplasia interna:
Palmas en tripa (Tripe palms)
Esta condición se caracteriza por la aparición de placas aterciopeladas en las palmas, con un aspecto rugoso similar al estómago de una vaca. Su asociación con malignidad supera el 90%, especialmente con cánceres de pulmón y estómago.
Síndrome de Bazex o Acroqueratosis paraneoplásica
Se presenta con placas violáceas y descamación en manos, pies, nariz y orejas. Se asocia en más del 95% de los casos con cánceres de cabeza y cuello, especialmente carcinoma epidermoide de faringe y laringe.
Eritema gyratum repens
Es una erupción en forma de bandas concéntricas que se expanden rápidamente, generando un patrón similar a «vetas de madera». Se ha asociado en más del 80% de los casos a neoplasias, sobre todo pulmonares y esofágicas.
Acantosis nigricans maligna
Caracterizada por placas oscuras hiperpigmentadas y aterciopeladas en pliegues (axilas, cuello, ingles). Aunque la forma benigna se asocia con obesidad y resistencia a la insulina, cuando aparece de forma brusca y con afectación mucosa, se relaciona con tumores digestivos, especialmente el adenocarcinoma gástrico.
Hipertricosis lanuginosa adquirida
El crecimiento repentino de vello fino y lanoso en la cara y el cuerpo en adultos puede ser una manifestación de cáncer avanzado, especialmente de pulmón y colon.
Dermatomiositis del adulto
Erupciones en heliotropo (color violáceo en párpados), pápulas de Gottron en nudillos (bultos rojizos en dorso de manos) y debilidad muscular pueden ser signos de cáncer de ovario, mama, pulmón y gastrointestinal.
Signo de Leser-Trélat
Es la aparición súbita y masiva de queratosis seborreicas pruriginosas (una especie de verrugas), a menudo asociado con adenocarcinomas gastrointestinales y linfomas.
La lista de cuadros cutáneos paraneoplásicos es todavía más amplia, incluyendo el pénfigo paraneoplásico (ampollas en la piel y en mucosas), el síndrome carcinoide, la ictiosis, la vasculitis, etc.
Factores de riesgo y mecanismos fisiopatológicos
Los mecanismos exactos que relacionan estas manifestaciones cutáneas con el cáncer aún se estudian, pero en general, se cree que se deben a:
- Producción de citoquinas y factores de crecimiento por el tumor.
- Reacciones inmunológicas cruzadas.
- Liberación de hormonas y péptidos que afectan la piel.
¿Qué hacer si aparecen estos signos en la piel?
Si bien no todas las personas con estas alteraciones cutáneas tienen un cáncer subyacente, su aparición abrupta y sin explicación debe ser motivo de evaluación oncológica.
Se handiagnosticado tumores ocultos gracias a estas señales cutáneas. El dermatólogo juega un papel clave en la detección temprana.
Conclusión
La piel puede ser un reflejo de nuestra salud interna, y algunas enfermedades malignas se manifiestan a través de ella. Aunque no siempre la presencia de estos signos indica un cáncer, es fundamental consultar con un especialista ante cualquier alteración sospechosa.
