Ramon Velasquez Gil
Bueno, literalmente el término ¡nerd! no existe ni en español ni en ingles; no está en los diccionarios de ambos idiomas.
Si se maneja desde hace ya varias décadas para definir de manera negativa, y me parece que sin razón alguna, a una persona del género masculino con ciertas cualidades a mi entender, muy positivas.
Según la cuasi definición de nerd en la calle, se trata de una persona atontada, siempre a la expectativa, sin iniciativa, quedao´ como decimos en Venezuela, etc.
A mi criterio, un nerd es una persona que, primero que nada no busca ni se mete en problemas, lo cual es ya algo muy favorable en la vida.
La persona a la cual tildan de nerd casi siempre es alguien que se preocupa por los estudios, generalmente inteligente, siempre bien arreglado y muy objetivo en su manera de ver y encarar las cosas.
Por ello, a menudo y de manera involuntaria marca una distancia con casi todos los demás.
Su coeficiente intelectual siempre está por encima del promedio y es esta una de las razones por lo que le es difícil adaptarse al común de la gente como uno.
Por estas razones y algunas otras, también valederas, a este tipo de persona no le gustan los deportes o no les dan importancia pues su mente siempre está en otras cosas más relacionadas con las ciencias.
Quizás sea por su actitud con respecto a los deportes de campo sobre todo, que la gente les endilga este termino en forma despectiva; pero juegue una partida de domino, ajedrez u otra cualesquiera con uno de ellos y vera como funciona el cerebro de una de estas personas que, por ser positivamente diferentes, los malcalifican con el término: ¡nerd!.
Algunos los señalan con este tópico, por su alejamiento o falta de destreza para los deportes rudos; pero otros lo hacen solo porque ven en ellos a una persona sensata y bonancible.
En cuanto a su relación con el sexo opuesto, ciertamente no son muy exitosos pues su distanciamiento con los deportes rudos no entra en el gusto de las féminas a quienes su imagen de ¡macho alfa! es otra y los ven como personas con bajo ¡sex-appeal!.
No obstante, estos caballeros siempre terminan encontrando su pareja en aquellas féminas con intereses menos superfluos y con ideas afines a ellos, que también las hay.
Por supuesto, estas parejas funcionaran como una máquina de última generación bien aceitada y sin una falla, hasta que la muerte los separe.
Saludos