Conmemorar y no celebrar

Columnistas

Juan Eduardo Fernández «Juanete»

El pasado 8 de marzo se conmemoró el día de la mujer. Y si, digo se conmemoró porque es un día que no se celebra, sino que se conmemora. No me las quiero dar de superado ni nada por el estilo, de hecho, esto me lo enseñó mi hija hace unos 5 años, cuando la felicite por el día de la mujer, y me explicó por qué no debía felicitarla. Tras su explicación me quedé en el sitio.  

¿Por qué estoy escribiendo de esto ahora, si el día de la mujer ya pasó? Resulta que recibí algunas críticas por no “felicitar a las mujeres en su día”. Una de las críticas vino de una antigua compañera, quien me reclamó porque no vio en mis Stories de Instagram ninguna poesía o mensaje en honor a las mujeres por su día. Cuando le explique las razones, me tildó de: Progre, viejo ridículo y zurdo. Cosa que me dio mucha risa debo confesar. 

Otra de las críticas vino de un primo, que me preguntó por qué no había puesto ningún mensaje en el grupo de WhatsApp, felicitando a las mujeres de nuestra familia… Él fue un poco más allá y me mandó un audio diciendo: “Coño desde que vives en Buenos Aires, tienes esos pensamientos todos locos, seguro hasta estarás fumando”. Esas fueron solo dos, de los muchos planteos que recibí por no felicitar a las mujeres en su día. 

Luego de reflexionar acerca de todo lo que me dijeron, pude concluir una cosa: Como nos cuenta a los seres humanos salir de nuestras estructuras. Soy de una generación a la que se le dio un mensaje distinto con respecto al día de la mujer, es decir, yo también escribí cartas, regalé flores y hasta declamé alguna poesía para celebrar esta fecha en mis años de colegio. Pero nunca se nos explicó, o al menos yo no lo recuerdo, por qué se eligió como fecha el 8M ¿Acaso ustedes lo recuerdan?

Si no lo saben les comentó por qué el 8 de marzo se conmemora (y no se celebra) el día de la mujer: 

El 8 de marzo de 1857 y durante la revolución industrial, ocurrió una  de las primeras manifestaciones femeninas de la historia. Ocurrió cuando alrededor de 20 mil trabajadoras del rubro textil, levantaron su voz en las calles de Nueva York, bajo el lema “Pan y rosas”. Ellas exigían igualdad de derechos con las personas de sexo masculino, reducción de su jornada laboral y mejores condiciones de trabajo. Además, pedían el cese del trabajo infantil”.

Años más tarde, específicamente el 8 de marzo de 1908 (y también en Nueva York), unas 40 mil mujeres se declararon en huelga. Exigían un salario similar al de los varones que desarrollaban las mismas labores que ellas y una reducción de la jornada laboral a 10 horas. Además, denunciaban las terribles condiciones de trabajo que sufrían.

En ese contexto, las trabajadoras de la fábrica Cotton Textil Factory fueron encerradas por el dueño de la fábrica, para obligarlas a abandonar la lucha, pero esto terminó en tragedia. Pues en un incendió que en su momento se declaró como “fortuito”, 129 obreras murieron. 

Como verán, el 8 de marzo es un día para conmemorar la lucha de las mujeres. Y entonces ¿Por qué no felicitarlas en su día? Porque se termina celebrando lo femenino, y se invisibiliza su lucha por igualdad y derechos. Una lucha que, por cierto, aún se mantiene.