El comandante gringo en la Sierra Maestra

Columnistas

Ramon Velasquez Gil.

Ciertamente la revolución cubana tuvo un comandante gringo.Su nombre era William Morgan, natural de la ciudad de Toledo, Ohio.

La historia mienta que Morgan siempre fue un muchacho rebelde y mala conducta, pero siempre dispuesto a todo. Estuvo en el Army norteamericana y peleó en la guerra de Corea, donde recibió medalla por valentía; no obstante, debido a su rebeldía innata fue dado de baja del ejercito norteamericano.

Cuando comenzó la lucha contra Fulgencio Batista en Cuba, liderada por Fidel Castro y quien en principio parecía un valiente liberador de su pueblo, con lo cual engañó a mucha gente, en seguida este muchacho William Morgan se dejó llevar por el romanticismo liberador y sin siquiera saber hablar español, se fue a cuba y se enroló a las huestes cubanas de Fidel Castro que luchaban en la Sierra Maestra. Siendo un veterano de guerra y además por la valentía que demostraba en combate, fue pieza fundamental para Fidel quien en la medida que este iba aprendiendo español, lo iba ascendiendo de rango hasta que alcanzó el grado de comandante.

Finalizada la guerra y ya derrocado Batista, Morgan, el “Comandante Yankee” como lo llamaban, se quedó en Cuba. Allí se casó con Laura, una mujer cubana y monto un negocio criadero de ranas para restaurantes.

Sin embargo y como ocurrió con mucha gente valiosa que combatió al lado de Fidel Castro, al este darse cuenta del rumbo que estaba tomando la política de Fidel alineándose con el comunismo soviético, comenzó a fraguar una contrarrevolución.

Morgan, quien siempre fue un tipo decidido, comenzó a traer armamento desde los Estados Unidos, el cual escondía en la Sierra junto con el grupo disidente que estaba organizando para derrocar ahora a Fidel Castro.

No obstante, para ese entonces ya estaba en pleno funcionamiento en Cuba, la red de delatores que normalmente funciona en todo régimen comunista. Morgan fue descubierto y en un breve y amañado juicio, fue condenado a muerte.

El once de Marzo de 1961, siendo las 10:45 de la noche, fue llevado al paredón de fusilamiento de la tenebrosa cárcel “la Cabaña”

¡Arrodíllate y ruega por tu vida! le ordenó el jefe del pelotón de fusilamiento.

¡No me arrodillo ante nadie! Fue la respuesta del comandante Morgan y comenzó a entonar el himno nacional de los Estados Unidos.

Inmediatamente tronaron los fusiles y Morgan, el Comandante Yankee, quien tenía treinta y dos años edad para ese momento, cayo al suelo herido de muerte.

Cuentan que su esposa Laura, esa noche intento rescatarlo cuando fue a visitarlo por última vez, dándole agua con un somnífero a los guardias, pero fue descubierta y tuvo que escapar, manteniéndose oculta hasta que logro salir de la isla.

La historia fue cruel con el comandante Morgan.

 El gobierno de los Estados Unidos lo despojó de la ciudadanía norteamericana y posterior a su muerte, Fidel Castro ordenó que fuere borrado de la historia cubana.

Sin embargo, en el año dos mil seis, al comandante Morgan le fue restituida la ciudadanía Norteamericana post morten. 

Su esposa se hizo ciudadana norteamericana y actualmente reside en Toledo, Ohio, junto con la familia de Morgan.

Saludos

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