La flor del trabajo

Columnistas

Ramón Velásquez Gil

Ciertamente existe un dicho que establece !El trabajo Dignifica!.

Personalmente no estoy de acuerdo con este dicho.

Obviamente, este decir fue inventado por alguien que necesitaba empleados que movieran su inversión.  El trabajo !cansa!, es fatigoso y estresante, aunque hay algunos más llevaderos que otros.

Trabajamos  por qué necesitamos comer, vestir y sobrevivir, amén de mantener y levantar la familia. El mundo gira en base al trabajo claro está, y todo de lo que podemos disfrutar hoy día,  es fruto de la investigación y el trabajo de alguien.

Pero la mayoría de nosotros, estoy seguro de que si no tuviésemos necesidad de trabajar, no trabajaríamos. Bueno, por lo menos, yo no.

¿Que uno se fastidia? No me jota, existe la pesca, el golf, el domino, las bolas criollas, etc,

Para las mujeres, existen los spa, la peluquería, los té canasta, dirigir a la cachifa, etc, etc.

 No obstante, conozco casos de gente que, trabajando mucho, llegó al nivel de no tener que trabajar y sin embargo,  cuando ya podían darse el lujo de no hacerlo, nunca delegaron sus funciones en otros, por el miedo a perder lo logrado.

 Mi vecino Juvencio, hombre trabajador ciento por ciento, cuando yo bajaba las cosas los fines de semanas, para irme a la playa o al llano con mi familia, el también iba bajando del edificio, pero con las llaves en la mano para abrir el pequeño abasto que tenía frente al edificio donde vivíamos.

Yo lo veía salir y me daba vaina; yo a disfrutar a la playa y Juvencio a trabajar. Pero a la vez también pensaba: Bueno, Juvencio a ganar dinero y yo a gastarlo.

 Ahora bien, llegado el momento, Juvencio cambio de ramo y convirtió el abasto en moderna Panadería; siguió adelante y hoy día posee y es dueño de siete (7) panaderías.  La vaina es que Juvencio cada día se enreda más y cada día le es más difícil dejar de atender sus panaderías.

El mundo es así y “casi” siempre sucede que, cuando muere el que hizo y levantó una fortuna, esta es dilapidada por sus herederos a quienes no les costó el sudor de su frente hacerla.

Y es que por lo general, es más difícil mantener, que hacer una fortuna.

 Hay excepciones conocidas, por supuesto. 

Donald Trump por ejemplo: La fortuna que este hombre maneja no es de él solo; es de él y sus hermanos pues está fue heredada de su padre.

Pero este señor no dilapidó dicha fortuna sino que más bien la ha triplicado, para beneplácito de sus hermanos.

Otra persona también ejemplo de buena gerencia, nuestro paisano Lorenzo Mendoza, presidente de !Industrias Polar, cuya trayectoria es ya muy conocida por todos. Y bueno, desde este punto de vista, la verdad que no sé si será conveniente tener una fortuna. Digo y jejeje

¿Ustedes, qué opinan?

Saludos