Cómo eliminar los mocos de la garganta de una vez por todas

Salud

Estamos en esa época en la que hemos cambiado las sandalias por los abrigos. Con este cambio y el uso de la calefacción, llegan los resfriados de temporada y las temidas gripes.

Esto hace que nos pasemos todo el día moqueando por la nariz y tosiendo por culpa de los mocos que invaden nuestra garganta sin pagar alquiler.

Te levantas con exceso de mucosidad en la garganta y te acuestas igual.

Es molesto, desagradable y te impide respirar y comer correctamente. Sin embargo, antes de meterte entre pecho y espalda una botella de jarabe para los mocos, prueba alguno de estos remedios caseros para eliminar los mocos de la garganta que llevan funcionando desde hace generaciones.

Lo primero y más sensato es beber mucha agua. Cuando estamos resfriados, perdemos mucho líquido, y más si hemos tenido fiebre.

Por eso hay que beber más agua, para recuperar los líquidos perdidos y ayudar al organismo a disolver los mocos. De esta forma, la congestión será menor y nos resultará más sencillo expulsar el moco. 

Las tisanas de la abuela

El cuerpo, cuando nota que hay mucosidad en la garganta, tiende a provocar la tos. Es importante que calmemos esa tos, ya que si no lo hacemos, acabaremos teniendo una garganta irritada a la vez que llena de flema. 

Las infusiones han demostrado ser muy eficaces para ayudar a reducir y expulsar la mucosidad de una manera más fácil.

Por algo nuestras abuelas siempre insisten en darnos tisanas cuando estamos enfermos.

La infusión de eucalipto es la que mejor funciona para los mocos de la garganta y para la congestión nasal. Las hojas del árbol de eucalipto tienen un efecto calmante en las vías respiratorias y también ayudan a expulsar el moco gracias a su capacidad expectorante.

Otras hierbas que tienen un efecto parecido son la menta y el tomillo. Puedes tomar varias tazas de infusión de tomillo al día para notar un mayor alivio y respirar mejor. El eucalipto también se emplea a la hora de realizar vahos. Basta con poner una olla con agua y llevarla a ebullición.

Echa unas hojas de eucalipto en el agua y deja que infusione durante unos minutos.

Apaga el fuego y permite que el agua se enfríe un poco para no quemarte. El siguiente paso es colocarte sobre la olla y respirar el vapor que emana.

Esto ayudará a despejar los bronquios gracias a su efecto broncodilatador y, en consecuencia, respirarás mejor. Eso sí, ten cuidado de no quemarte el cutis con el vapor del agua.

Por último, siempre puedes recurrir a la confiable agua con sal. Consiste en mezclar agua con una cucharada de sal y realizar lavados nasales con ayuda de una perilla. Como todo el sistema respiratorio está conectado entre sí, el moco de la garganta se verá obligado a salir por la nariz.

Si no te sientes convencido de emplear este remedio casero, en las farmacias venden su versión llamada ‘agua de mar’, con aplicador incluido.