Condenado periodista ruso a 25 años por opositor a Putin

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En una clara demostración que el gobierno del dictador ruso, Vladimir Putin, no acepta ni la más leve crítica a la sangrienta invasión que mantiene en Ucrania, el Tribunal Municipal de Moscú, sentenció al periodista Vladimir Kara-Murzá a 25 años de cárcel

Se trata de la mayor condena de prisión dictada hasta ahora en Rusia contra un crítico del presidente Vladímir Putin. Tampoco podrá ejercer el periodismo durante siete años y tendrá que pagar una multa de 400.000 rublos (unos 4.500 euros).

Kara-Murzá, de 41 años, ha sido juzgado en virtud de tres artículos del Código Penal ruso: difusión de «bulos» en relación con el Ejército ruso, actividad en una organización declarada «indeseable», como está catalogada la Fundación Rusia Abierta creada por Mijaíl Jodorkovski, y alta traición

El único disidente

Kara-Murzá era prácticamente el único disidente que fustigaba la política del Kremlin, especialmente en lo relativo a la guerra en Ucrania y la implacable represión desencadenada contra todo vestigio de oposición, que no había sido asesinado, encarcelado o estaba exiliado.

Tras sufrir dos envenenamientos, fue detenido el 11 de abril de 2022 por presunta «resistencia» a la Policía en un supuesto control de documentos. Inmediatamente después, sin haber dejado el centro de detención preventiva, fue acusado de desacreditar a las Fuerzas Armadas rusas con «bulos», la misma acusación lanzada contra otro de sus colegas, el político Iliá Yashin.

El ataque a Putin

Pero pronto se hizo evidente que la razón real para iniciar una causa penal contra Kara-Murzá fue su discurso en la Cámara de Representantes de Arizona (EEUU), el 15 de marzo de 2022. «Sabemos exactamente por los hechos históricos cómo terminan los dictadores, siempre de la misma manera (…) todo el mundo ve lo que el régimen de Putin está haciendo con Ucrania. Lanza bombas contra viviendas civiles, hospitales y escuelas, son crímenes de guerra», declaró en su alocución.

El 22 de abril del año pasado fue declarado «agente extranjero», el 27 de julio, acusado de colaborar con una «organización indeseable» y, el 6 de octubre, imputado por alta traición. Este último cargo, según su abogado, Vadim Prójorov, fue incoado por intervenciones públicas del opositor en Lisboa, Helsinki y Washington, donde habló de la persecución que padecen los adversarios políticos de Putin, la manipulación de la manipulación de las elecciones y de la censura reinante.

REN TV, sin especificar fuentes concretas, informó que, según la investigación, Kara-Murzá, tras dejar el cargo de vicepresidente de la Fundación Rusia Abierta en 2021, asesoraba a «servicios de inteligencia extranjeros» por 30.000 dólares al mes.

Desde el pasado mes de diciembre, según la publicación Mediazona, a Kara-Murzá se le prohibió cualquier contacto exterior, incluso con su familia. En febrero, fue confinado en una celda de castigo. Fue cuando empezó a sufrir entumecimientos en las piernas por un problema circulatorio.

El mes pasado, los letrados del periodista advirtieron que su salud sufría un serio deterioro, que le impidió asistir presencialmente a las sesiones del juicio, que se hicieron por videoconferencia desde el centro de detención preventiva, en donde, según la abogada, María Eismont, perdió 22 kilos en menos de un año