De esos lugares que definitivamente endulcen el día

El rinconcito newyorquino

MARF

No podía hablar de postres ni de “endulzarnos la vida” sin siquiera recomendarles uno de los tipos de rinconcitos con los que inicié esta aventura de escribir sobre lugares especiales de New York mientras conocía y me vivía esta ciudad: las cafeterías.

Hace casi dos años les conté de Caffé de Martini, un gran descubrimiento en ese momento y hoy, uno de mis sitios favoritos en esta enorme ciudad.

La historia de esta cafetería inicia con la idea de un joven italiano por honrar el amor de su familia hacia el café desde que su abuelo, muchos años antes, decidió tostar los granos de esta planta y venderlos en mercados locales de su país.  

Stefano, la mente detrás de este café, con la ayuda de su padre Ettore, se convirtió entonces en “el portavoz de la cultura italiana aquí en un pequeño espacio en Brooklyn”, al dedicarse con pasión a ofrecer a sus clientes tan deliciosa bebida en variadas presentaciones, así como pasteles y desayunos.

La preciosa fachada celeste con llamativas florecillas, es una cálida bienvenida que se extiende hasta después de cruzar la puerta cuando los empleados la relevan con su trato tan especial.

Una buena charla, la lectura de un libro y un rato para despejar la mente, siempre serán más amenos en Caffé de Maritini.

Espero que para ustedes también sea un sitio mágico donde quizá nos crucemos alguna vez.

IG: @grancaffedemartini