MARF
Recuerdo haber visto desde muy pequeña, sobre todo en las películas, fascinantes espectáculos de música góspel.
Siempre deseé poder tener siquiera la mitad del vozarrón de esas personas que conforman tan bellos coros y cantan en perfecta armonía.
Al mudarme a New York, descubrí que es súper sencillo poder disfrutar de una ceremonia góspel en el barrio de Harlem, que es el epicentro de las congregaciones baptistas, quienes todos los domingos se reúnen para adorar a Dios y honrar su palabra a través del canto.
No soy una persona particularmente religiosa, pero esta es una experiencia que no podía pasar por alto, y que he repetido en más de cinco ocasiones.
Trato de buscar las mejores palabras para explicarles lo que se siente el presenciar un coro góspel en vivo, y hasta ahora la que se me ocurre es “mágico”.
Pueden asistir una misa góspel uniéndose a un tour guiado por alguna agencia, o por cuenta propia, siempre y cuando respeten las normas durante las casi 3 horas que puede llegar a durar el evento.
En los últimos años, esta actividad se ha vuelto tan popular, que no es extraño ver largas colas de residentes de toda New York y turistas fuera de las iglesias baptistas, con la finalidad de deleitarse escuchando estos cantos celestiales.
Así que, si todavía no han vivido la experiencia, les recomiendo que lo hagan lo más pronto posible.
