Carnegie Hall cancela conciertos de Valery Gergiev por su apoyo a Putin

Espectáculo

El Carnegie Hall de Nueva York decidió cancelar las actuaciones del músico ruso Valery Gergiev este fin de semana, cuando tenía previsto dirigir tres conciertos con la Filarmónica de Viena en esta prestigiosa sala a partir de este viernes.

Gergiev, figura emblemática de la música rusa internacional y amigo del presidente Vladímir Putin, no ha querido aclarar públicamente su postura respecto a la guerra. Eso también le puede costar otro disgusto en La Scala, que amenaza con suspender su participación en una producción si no condena el ataque a Ucrania, como anunció el jueves el alcalde de Milán, Giuseppe Sala.

También corre peligro el puesto de Gergiev como director de la Filarmónica de Múnich, que ocupa desde 2015. El regidor de la ciudad alemana, Dieter Reiter, le ha dado de plazo hasta el lunes para condenar la invasión de Ucrania, de lo contrario amenaza con rescindir su contrato, según ha informado Robert Braunmüller en Abendzeitung.

El célebre artista, de 68 años, director del Teatro Mariinski de San Petersburgo, se ha mostrado muy cercano a Putin últimamente. Su relación viene de cuando el presidente de la Federación Rusa era alcalde de San Petersburgo (1990-1996). El director siempre ha admirado la predisposición de Putin hacia la música clásica y ha apoyado públicamente todas sus decisiones. Alega que existen particularidades culturales entre la sociedad rusa que no son entendidas en Occidente. Nunca ha temido las consecuencias que esta postura pudiera acarrear. Fue uno de los primeros artistas en apoyar la invasión de Crimea, la ley contra la propaganda homosexual o la condena a las integrantes del grupo Pussy Riot. También dirigió el polémico concierto que Rusia organizó en Palmira, con el acuerdo del régimen sirio de Bachar el Asad, después de liberar la zona arqueológica de la presencia del Estado Islámico. Por su influencia y prestigio ha sido premiado por Putin con varias condecoraciones, como la de Héroe del Trabajo de la Federación Rusa en mayo de 2013.

En La Scala, Gergiev dirige La dama de picas de Chaikovski, cuyo estreno se celebró el miércoles sin grandes protestas, pero sí con algún abucheo desde el patio de butacas, según el diario La Stampa. El alcalde, que también es presidente del patronato de La Scala, declaró este jueves a los medios que le había hecho llegar al director una petición explícita para que “asumiera una postura clara en contra de la invasión”. En caso de no recibir una respuesta, el teatro podría “contratar a otro maestro” para las próximas funciones, según Giuseppe Sala.

El Carnegie Hall tampoco recibirá al pianista ruso Denis Matsuev, que iba a actuar junto a Gergiev y que también apoyó la anexión de Crimea. El maestro será sustituido por Yannick Nézet-Séguin, director musical de la Metropolitan Opera de Nueva York.

Frente al silencio de Gergiev, otros directores de orquesta han expresado su rechazo a la invasión de Ucrania. El director ruso Semión Bychkov ha condenado el ataque sin paliativos en su página web: “El silencio frente al mal se convierte en su cómplice y termina convirtiéndose en su igual. La agresión rusa en Ucrania nos lleva a lo que mi generación esperaba que nunca volviera a suceder: la guerra”. También lo ha hecho Vladímir Yúrovski, director musical de la Ópera Estatal de Baviera y titular de la Orquesta Sinfónica de Radio Berlín, que ha reconocido su perplejidad ante el ataque militar de la Federación Rusa contra Ucrania: “Estoy profundamente indignado por ello, pero también extremadamente triste, pues estoy conectado a ambos países a través de mi historia familiar”. Cabe destacar, además, el comunicado difundido por la directora ucrania Oksana Lyniv, recientemente nombrada directora musical del Teatro Comunale de Bolonia, donde afirma: “A todos los amigos, simpatizantes, artistas internacionales, festivales, organizaciones: ¿Cómo pueden apoyarnos ahora? ¡Por favor, compartan sus declaraciones y sus pensamientos públicamente! (…) ¡Necesitamos su apoyo activo ahora mismo!”.

Elena Kovalskaya, directora del teatro Meyerhold de Moscú, financiado por el Estado, dejó muy clara su opinión este jueves en la red social Facebook: anunció su dimisión, calificó a Putin de “asesino” y manifestó que no quiere “cobrar de él”, según recogieron la agencia AP y el Business Insider.

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