Herramientas para combatir el síndrome posvacacional

Salud

El llamado síndrome posvacacional, estrés o depresión posvacacional se refiere a la ansiedad o presión emocional que debemos afrontar al readaptarnos a la rutina después de un periodo vacacional.

Pero ¿es el síndrome posvacacional una enfermedad? “En ningún caso. Se trata simplemente de una respuesta de adaptación emocional de nuestro cuerpo totalmente normal.

Hay que tener en cuenta que el sistema emocional es el encargado de ayudar a adaptarnos al medio.

Por ello, cuando se está en una situación en la cual obligamos a reducir las actividades de ocio, nuestras emociones responden a tal demanda.

Expertos en gestión de emociones aseveran que “en ningún caso se trata de un problema de salud mental”, aunque “cuando volvemos de vacaciones, podemos experimentar respuestas emocionales cognitivas, fisiológicas y conductuales”.

En este sentido, por ejemplo, puede costar concentrarse, o se experimentará cansancio por haber perdido la costumbre o dificultad para conciliar el sueño. Pero en principio, a no ser que existan otros factores, no se trata de un problema de salud mental”.

No es un trastorno, no hay que diagnosticar nada. Hay que tener cuidado con psicopatologizar las situaciones cotidianas de la vida. No todo lo que supone cierto malestar emocional es un trastorno”, reafirma.

No es un trastorno

En este sentido, “el cerebro está preparado para que sobrevivamos, no para hacernos felices todo el tiempo” . Las emociones mal llamadas negativas, como la ansiedad, el miedo, la ira o la tristeza, son necesarias e imprescindibles en la vida.

En principio, todos sufriremos en mayor o menor medida un proceso de adaptación porque “es lo normal en los seres humanos.

Sí que es cierto que personas que tengan problemas en el área laboral pueden experimentar mayor malestar, pero no por el síndrome posvacacional en sí, sino por volver al lugar donde están teniendo problemas, detalla.

Con todo, según el psicólogo, en referencia a la vuelta a la rutina, simplemente necesitamos darnos tiempo para acostumbrarnos a la nueva realidad. Y para ello puede ser beneficioso fomentar las actividades de ocio, buscar apoyo social y realizar algo de ejercicio físico.

“Lo normal es que en pocos días estemos de nuevo habituados a los nuevos horarios y a las nuevas tareas”, concluye.

“Ningún hombre necesita tanto unas vacaciones como la persona que acaba de tener unas”.