El criminal régimen de los ayatolahs iraníes no se detiene en su crueldad, en un intento por frenar el creciente descontento popular y las manifestciones que se multiplican en todo el país. El sadismo de las autoridades no tiene límites y ahora en un intento de crear terror, realizan las ejecuciones en forma pública, como la del luchador Majid Reza Ahnavard, de 23 años, la imagen cuyo cuerpo colgado desde lo alto de una grúa, fue difundida el amanecer de ayer.
Hoy han condenado a muerte al futbolista Amir Nasr-Azadani por apoyar las protestas en favor de los derechos de las mujeres en su país.
Protesta de la Federación Internacional de Futbolistas
La Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales (FIFPRO), ha pedido a las autoridades iraníes que eliminen la pena.
“FIFPRO está conmocionada y asqueada por las informaciones de que el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán después de hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades básicas en su país. Nos solidarizamos con Amir y pedimos la eliminación inmediata de su castigo”, señaló el sindicato en un comunicado.
Enemigo de Dios
No puede ser más dura, subjetiva y por ello indefendible, que la acusación hecha contra el futbolista por esta monstruosidad hecha gobierno
El ex jugador del Rah-Ahan, el Tractor y el Gol-e Rayhan, de 26 años, ha sido acusado por el régimen iraní nada menos que de un delito llamado ‘moharebeh’, es decir, ‘enemistad con Dios’, según informó IranWire; este conlleva la ejecución en la horca, una pena que ya sufrieron el joven Mohsen Shekari y el luchador Majid Reza Rahnavard, ahorcado en público en la ciudad santa de Mashad por las mismas acusaciones que Amir Nasr-Azadani, todo tras un juicio sin garantías.
La familia del futbolista “ha sido amenazada repetidamente por las fuerzas de seguridad de la República Islámica” si desvelaban que su familiar estaba detenido, algo que finalmente ha trascendido.
Solo uno de los internacionales iraníes que acudieron al Mundial de Qatar ha reaccionado ante las ejecuciones y las amenazas de ejecución, el portero Alireza Beiranvand, que pidió en Instagram que las penas fuesen revocadas.
Condena internacional
La condena internacional por las dos ejecuciones no se hizo esperar. La última ejecución se ha producido en circunstancias “particularmente crueles”, denunció el secretario general de la ONU Antonio Guterres, citado por su portavoz.
Estados Unidos estimó que la aplicación de penas de muerte demuestra que el régimen de la República Islámica teme a su pueblo.
“Estas sentencias duras, y ahora la primera ejecución pública (por las manifestaciones) están destinadas a intimidar al pueblo de Irán, están destinadas a suprimir la disidencia y sencillamente demuestran lo mucho que los dirigentes iraníes tienen miedo de su propio pueblo”, declaró a la prensa el portavoz del departamento de Estado, Ned Price.
La cúpula del régimen culpa a enemigos en el exterior, principalmente a Estados Unidos e Israel, de alentar los disturbios para desestabilizar al sistema.