La aspirina puede aumentar la inmunidad contra las células cancerosas

Salud

Un nuevo estudio revela mecanismos previamente desconocidos que explican cómo el uso diario a largo plazo de aspirina puede ayudar a prevenir el cáncer colorrectal.

Investigaciones anteriores han sugerido que el uso de aspirina, un fármaco antiinflamatorio no esteroideo (AINE) común, puede prevenir el desarrollo y la progresión del cáncer colorrectal , la segunda causa más común de muerte por cáncer en los Estados Unidos. Sin embargo, los mecanismos detrás de los efectos protectores de la aspirina no se conocen bien.

El nuevo estudio, publicado en la revista CANCER , sugiere que el fármaco puede estimular ciertos aspectos de la respuesta inmune del cuerpo contra las células cancerosas.

Para probar los efectos de la aspirina, investigadores en Italia obtuvieron muestras de tejido de 238 pacientes que se sometieron a cirugía por cáncer colorrectal, el 12% de los cuales eran consumidores de aspirina.

Las muestras de usuarios de aspirina mostraron una menor diseminación del cáncer a los ganglios linfáticos y una mayor infiltración de células inmunes en los tumores en comparación con los pacientes que no usaron aspirina.

La exposición de células de cáncer colorrectal a la aspirina en el laboratorio aumentó la expresión de una proteína llamada CD80 en ciertas células inmunes.

Esto mejoró la capacidad de las células para alertar a otras células inmunitarias de la presencia de proteínas asociadas a tumores.

En pacientes con cáncer de recto, los usuarios de aspirina tuvieron una mayor expresión de CD80 en el tejido rectal sano, lo que respalda los hallazgos en las células.

Datos consistentes en cáncer colorrectal

La recomendación de la USPSTF sobre la aspirina y el cáncer colorrectal tiene sentido, dijo el doctor Ernest Hawk, jefe de Prevención del Cáncer y Ciencias Demográficas del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Tejas.

En estudios publicados que observaban el efecto protector de la aspirina contra el cáncer, la «mayor coherencia» ha estado en el cáncer colorrectal, explicó el doctor Hawk.

Por ejemplo, en el estudio CAPP2, en el cual se evaluó la aspirina en altas dosis diariamente en individuos con el síndrome de Lynch, una afección hereditaria que aumenta considerablemente el riesgo de cáncer colorrectal y de cáncer de endometrio, así como varios otros cánceres, los participantes que recibieron aspirina tuvieron una reducción de 63 % del riesgo relativo de presentar cáncer colorrectal en comparación con quienes recibieron un placebo.

Pero la evidencia se extiende también a quienes tienen un riesgo promedio de cáncer colorrectal. Entre los ejemplos más recientes está un análisis de dos grandes estudios de cohortes de larga duración publicados en junio de 2016, en JAMA Oncology.

El estudio, dirigido por el doctor Chan en Harvard, relacionó el uso de aspirina durante 6 años o más con una disminución de 19 % en el riesgo de cáncer colorrectal y una disminución de 15 % en el riesgo de cualquier tipo de cáncer gastrointestinal.

Basándose en su análisis, el equipo de investigación estimó que el uso regular de aspirina podría prevenir casi 11 % de los cánceres colorrectales diagnosticados cada año en los Estados Unidos y 8 % de los cánceres gastrointestinales.

“Los datos del cáncer colorrectal son realmente buenos», dijo el doctor Theodore Brasky, un epidemiólogo del Centro Oncológico Global de la Universidad del Estado de Ohio, cuya investigación se centra en fármacos antinflamatorios y riesgo de cáncer.

“Ciertamente los datos de datos de observación muestran que la aspirina reduce el riesgo de cáncer colorrectal», continuó el doctor Brasky. Y varios estudios clínicos aleatorizados han mostrado que el uso de la aspirina “en cualquier dosis» puede reducir la incidencia de los pólipos, así como de pólipos avanzados, dijo él, los cuales pueden ser precursores de cáncer colorrectal.

Mayor beneficio, menor riesgo

Las pautas de la USPSTF destacan a un grupo de la población que los datos sugieren tiene probabilidad de obtener un beneficio neto con un mínimo riesgo: las personas de 50 a 59 años de edad que tienen un riesgo mayor de enfermedad cardiovascular.

La recomendación aconseja también que los posibles candidatos deberán tener una esperanza de vida de al menos 10 años y no tener un riesgo mayor de hemorragias (debido a otros padecimientos de salud o por el uso de otros medicamentos), un efecto secundario conocido del uso de aspirina por largo tiempo.

Una recomendación para un tratamiento que cubre dos enfermedades distintas es única, reconoció la doctora Kirsten Bibbins-Domingo, presidenta de la USPSTF, de la Universidad de California, en San Francisco. Pero hubo una lógica específica para la decisión de la brigada de trabajo.

“Tratábamos de simular cómo toman…decisiones un médico y un paciente” acerca de la prevención, dijo ella. “Ellos no toman necesariamente una decisión por separado para las enfermedades cardiovasculares y para el cáncer».

La brigada de trabajo concluyó que no tenían suficiente evidencia para recomendar a favor o en contra de la aspirina en personas menores de 50 años o mayores de 70 años y dijeron que la decisión de usar aspirina de personas de 60 a 69 años debería ser una decisión individual.

El estudio de Harvard de junio de 2016 reveló también otro hallazgo importante que deberá ayudar a clarificar un punto de debate entre los investigadores de prevención, subrayó el doctor Hawk: en las personas que habían tenido exámenes de detección para cáncer colorrectal, el uso regular de aspirina produjo una reducción adicional del riesgo.

“Sabemos que, con los exámenes de detección en cualquier planteamiento, existe cierto índice de error y un índice de intervalo para que se presente el cáncer», dijo el doctor Hawk. Este último se refiere a los cánceres que se diagnostican en el intervalo después de un examen normal de detección y antes del examen siguiente.

Los resultados del estudio, dijo él, sugieren firmemente que la aspirina puede “complementar los exámenes de detección de cáncer colorrectal” al hacer disminuir el riesgo de cánceres de intervalos.

¿Reducción del riesgo de otros cánceres?

El tribunal está todavía pendiente acerca de si la aspirina tiene un futuro como forma de reducir el riesgo de otros cánceres además del cáncer colorrectal.

Los descubrimientos de que el uso regular de aspirina está asociado con una reducción del riesgo de otros cánceres “han sucedido al azar”, dijo el doctor Hawk. En el reciente estudio de Harvard, por ejemplo, el uso de la aspirina no estuvo relacionado con una reducción del riesgo de los otros cánceres más comunes. Tampoco hubo una reducción general en el riesgo de cáncer en el Estudio de la Salud de la Mujer,  un estudio clínico aleatorizado que probó si el uso cada tercer día de aspirina en una dosis baja podría reducir el riesgo de cáncer en casi 40 000 mujeres de 45 años y más.

Y para la prevención del cáncer colorrectal, hay también pruebas que provienen de estudios clínicos y experimentos de laboratorio para apoyar su uso. Pero para muchos otros tipos de cáncer, «no hay muchos datos experimentales de apoyo en humanos en los que se pueda confiar,» dijo él.

Aun así, los resultados de estudio de  estudio de observación siguen insinuando la posibilidad anticancerosa de la aspirina además del cáncer colorrectal, incluso los que asocian a la aspirina con un riesgo menor de melanoma, de cáncer de ovario y de cáncer de páncreas.

Muchos estudios de la aspirina y del riesgo de cáncer con frecuencia tienen importantes limitaciones, dijo el doctor Brasky, incluso la falta de información sobre factores críticos como la dosis de aspirina y la duración del uso.

A menudo, ellos también juntan a la aspirina con otros medicamentos antinflamatorios no esteroideos o AINES, como el ibuprofeno, el naproxeno y celecoxib, que también han sido estudiados por sus posibles efectos sobre el riesgo de cáncer colorrectal.

“Estos son medicamentos diferentes, productos químicos diferentes,» dijo él. “Ellos tienen otros efectos que no han sido estudiados bien».

Así que mientras todos estos medicamentos son parte de la familia de los AINE y tienen efectos antinflamatorios, en cuanto a su efecto sobre el riesgo de cáncer, continuó él, «no estoy convencido, necesariamente, que es aconsejable estudiarlos como una clase única de fármacos».