Hay veces en las que la ficción supera la realidad, o los personajes pasan a ser parte de los actores que los interpretan, o simplemente son exactamente la misma personalidad, compartiendo el mismo estilo de vida e incluso gustos. En este sentido Sarah Jessica Parker y Carrie Bradshaw viven en el mismo cuerpo y cuesta distinguir quién es la real y quién el personaje, podríamos decir que hasta comparten armario.
La pasión por la moda que se respira en la aclamada serie de Sexo en Nueva York es la misma que gira entorno a la actriz, pues ambas son un icono para las seguidoras y para las entendidas en moda. En la retina quedan grabados los estilismos de Carrie, desde los bolsos de Fendi, la cadena con su nombre en oro a los zapatos de Manolo Blahnik. Si algo definía al personaje eran sus tres pasiones: sus amigas, el señor Big y los zapatos.
La tienda de su firma SJP Collection, en la esquina de Bleeker St. con Perry St., podría ser el dormitorio de Barbie. Con una mullida alfombra, un sofá rinconero, una mesa camilla y expositores y armarios rosas, ha sabido crear el ambiente perfecto para adquirir unos buenos tacones.
Para la ocasión eligió un outfit al puro estilo Bridgerton, un cómodo y plateado, sin las flores que caracterizan a la firma, es práctico, es favorecedor aunque muchos piensen lo contrario y está hecho para llevarlo a diario. Podría ser de fiesta, sí, y se puede llevar con tacones como la actriz y empresaria, pero también con zapatillas, pues no hay vestidos más casa-de-la-pradera que estos, y por tanto, respiran calma.
Con el escote redondo (nunca, o mejor dicho casi nunca son pronunciados), la manga ligeramente abullonada, el corte bajo el pecho y la falda holgada y en este caso semi larga, este modelo de Batsheva podría ser exclusivo, hecho por y para la protagonista de Sexo en Nueva York, pero encontrar uno similar no es difícil, pues representa la quintaesencia de Batsheva.
Un zapato joya. El de la actriz pertenece, como es obvio, a JSP Collection. Es el modelo Major en color verde azulado, de silueta peet toe con pulsera más abajo del tobillo para que no acorte la pierna y con strass bordado. Está también disponible en fucsia y negro y cuesta 695 dólares.
Tres collares a distintas alturas. El vestido con escote redondo pide a gritos unos collares. La actriz, muy fan de estos accesorios, eligió tres a distintas alturas, dos con piedras de strass y uno más largo de cadena.