Puan: Cuando una película se vuelve realidad

Columnistas

Por: Juan Eduardo Fernández “Juanette”

Es sábado al medio día y estoy haciendo la fila para entrar a la Sala “Leonardo Fabio” donde en algunos minutos se proyectará Puan. La película escrita y dirigida por María Alché y Benjamín Naishtat que fue premiada en la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián, en las categorías mejor actuación protagónica para Marcelo Subiotto, y mejor guión para Alché y Naishtat. 

Pero esta no es una salida al cine cualquiera, sino que tiene para mí una carga simbólica muy fuerte. No sólo por la trama de la historia, sino porque la estoy viendo en El Gaumont, esa maravillosa sala de cine argentino, que cobró fama en estos días, ante su posible cierre o privatización. 

A medida que vayan leyendo mi columna, van a entender por qué es tan movilizante ver Puan justamente en esta sala. 

Puan narra la historia de Marcelo Pena (Subiotto) un profesor que, al morir su mentor, asume que se quedará como titular de la catedra de filosofía política en la Universidad de Buenos Aires. Pero no cuenta con la aparición de su antiguo compañero de estudio, Rafaél Sujarchuk (Leonardo Sbaraglia), un exitoso filosofo que vive en Frankfurt y que se meterá en el concurso para optar también por el cargo. 

Es así como comienza una batalla de ideas, y situaciones donde ambos tratarán de convencer que su propuesta es la mejor opción para la facultad. 

El guión de Puan está cargado de situaciones desternillantes, reflexiones emotivas y también de algo de futurología; pues en medio de la batalla épica entre los dos profesores, Argentina sufre un descalabro económico al punto que las universidades públicas se declaran en quiebra. 

Y es aquí cuando viene el “Plot twist” y la historia salta de la pantalla y se vuelve realidad. 

Cuando Puan se volvió realidad 

En una escena de la película Rafael y Marcelo, llegan a la Universidad de Buenos Aires y se encuentran con las puertas cerradas, y la noticia de que la institución se declaró en quiebra. Es así como alumnos, profesores y administrativos celebran una clase abierta en la calle, como medida de protesta. Y mientras están en asamblea llega la policía para negociar el levantamiento de la protesta. Pero tras la votación, el personal de la UBA decide no hacerlo y la policía los reprime. 

Que se iban a imaginar Marcelo Subiotto y Leonardo Sbaraglia, los actores que representaron a Rafael y Marcelo, que aquella escena se volvería realidad:

Ocurrió el jueves 14 de marzo a eso de las 5 de la tarde cuando trabajadores del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, protestaban a las puertas del Cine Gaumont por el desfinanciamiento y los despidos tanto en el INCAA como en la ENERC (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica). 

Tanto Marcelo Subiotto como Leonardo Sbaraglia estuvieron en la concentración. Y en un momento se caldeó el ambiente y la policía comenzó a dispersar a los manifestantes. Acerca de lo sucedido Sbaraglia relató en la TV lo que pasó:

«Yo estaba acá (En el Gaumont), no había ningún problema ni ninguna violencia y de pronto llegó la policía. Nos volvió a poner en la vereda y creo que tiraron gases por allá», contó Sbaraglia. «Fíjate lo que es esto. Toda gente manifestándose en relación a algo que se está defendiendo, que es el cine argentino».

No sé qué pasará con el Cine argentino, pero háganse el favor de ver Puan, no sólo para que vean la escena que les relaté, analicen lo que se vio en la realidad. Pero sobre todo aprendan que, pese a las diferencias, cuando hay un problema muy grande que afecta al colectivo, lo mejor es unirse para solucionarlo.

Y termino con esta reflexión o concepto si se quiere: ¿Qué es una película? Para mí es una ventana que a veces nos entretiene, otra nos hace llorar y reflexionar. Aunque en otros momentos nos muestra las posibles historias que se vuelven realidad… Lástima que no siempre terminen con finales felices.