Recibir un abrazo venezolano

El rinconcito newyorquino

Corríjanme si me equivoco al decir que los latinos, en general, tenemos un sentido de arraigo mucho más fuerte que el resto de las culturas, y cuando tenemos que abandonar nuestra tierra, esas raíces solo se van estirando, pero jamás se rompen.

No he conocido mexicano, colombiano o argentino (por nombrar algunos) que no estén orgullosos del lugar donde nacieron o que fue su hogar la mayor parte de su vida, y gritan a los cuatro vientos, literal y metafóricamente, todo el amor que sienten por su país.

Los venezolanos somos demasiado así, nos encanta hacernos notar y llevar los colores de nuestra bandera en todo lo que sea posible.

Por esa razón, unas personas más que otras, se esfuerzan por dejar el nombre de Venezuela en alto, además de inculcarles a las siguientes generaciones lo importante que es conocer su historia y patrimonio cultural.

Tal es el caso de Casa DC Venezuela, una organización sin fines de lucro asentada en Washington DC, que “promueve la cultura y tradiciones venezolanas”, fomentando la práctica de bailes tradicionales, música folclórica, artesanías, pintura, gastronomía y demás, para así unir a una comunidad enorme de paisanos mientras honran su tierra e involucran a sus descendientes en actividades únicas de la nación que, en otras circunstancias, podrían llamar hogar.

Ya sé que New York no es el escenario de este artículo, pero no podía dejar pasar la oportunidad de reconocer la labor tan linda y valiosa de un gran grupo de personas que, estando a miles de kilómetros de su país, se esfuerzan por sentirse y hacer sentir a otros, como si por un momento estuvieran parados en un pedacito de él.

Casa DC Venezuela mete su mano para promover y desarrollar distintos eventos que involucren la exhibición y aprendizaje de expresiones artísticas, deportivas y celebraciones, así como para impulsar la educación, negocios y actividades benéficas que aporten algo valioso a todo el que lo necesite.

No tengo certeza de esto, pero creo que en la mayoría de destinos que los venezolanos han elegido para construir sus nuevas vidas, crean este tipo proyectos que los vuelve una comunidad de migrantes empoderados, que se apoyan en lo que sea que necesiten y, sobre todo, mantienen con firmeza su identidad.

Yo, desde mi lugar, intento hacer lo mismo con lo que está dentro de mis posibilidades, así como he estado aprovechando esta ventana durante estos días, y no puedo estar más feliz y agradecida de poder identificarme con un gentilicio tan bonito. 

IG: @casadc_venezuela

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