La actividad física y el ejercicio físico regular son herramientas necesarias para mejorar la calidad de vida de las personas y es muy beneficioso para el cuerpo y la mente. Puede contribuir a la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, obesidad, y otros.
La práctica de actividad física debería realizarse toda la vida, pues aporta beneficios en todas las edades del ser humano. La recomendación es iniciar de forma progresiva y gradual, empezando con 5, 10 y 15 minutos diarios de ejercicio físico, hasta llegar a los 60 minutos por jornada.
La rutina de ejercicio físico debe ser adaptada a la necesidad de cada persona, y de cada etapa de la vida.
Ejercitarse fortalece los huesos, músculos y aumenta el equilibrio, la flexibilidad y la forma física. En las personas mayores, la actividad física mejora el equilibrio, ayudan a prevenir caídas y las lesiones por caídas como pueden ser los traumatismos, y previenen el deterioro de la salud ósea y funcional.
También es bueno para la salud mental, ya que reduce el riesgo de depresión y deterioro cognitivo, retrasa la aparición de la demencia y mejora el estado de ánimo general.
Las personas adultas mayores pueden optar por andar en bicicleta, caminar, trabajar en el jardín o en la huerta, hacer las tareas de la casa, bailar, hacer gimnasia y practicar deportes. Deben ser tan activas como les permita su capacidad funcional.
Las personas adultas mayores deberían realizar, al menos tres días a la semana, actividades físicas variadas que den prioridad para trabajar la capacidad de equilibrio, y a un entrenamiento de fuerza para mantener la funcionalidad e independencia en las labores cotidianas y así mejorar la calidad de vida.
Beneficios de la actividad física en adultos mayores: personas de más de 65 años
- Evita la atrofia muscular.
- Favorece la movilidad articular.
- Disminuye el riesgo de caídas.
- Evita la descalcificación ósea.
- Hace más efectiva la contracción cardiaca.
- Disminuye los peligros de infarto de miocardio.
- Aumenta la capacidad respiratoria.
- Mejora la vida sexual.
- Previene la obesidad.
- Disminuye el riesgo de coagulación en los vasos (trombosis).
- Disminuye la formación de depósitos en riñones y conductos urinarios.
- Ayuda al equilibrio psico-afectivo.
- Mejora la calidad del sueño.
- Contribuye al mejor entendimiento intergeneracional.
Actividad física en embarazadas
Las mujeres gestantes que no tengan complicaciones médicas durante el embarazo, pueden realizar actividad física aeróbica y de fuerza muscular moderada, según indicación del profesional de salud.
Es conveniente ejercitar los músculos del suelo pélvico a diario, para evitar la incontinencia urinaria.
Algunas consideraciones de seguridad que las mujeres embarazadas deben tener en cuenta al realizar actividades físicas son:
- Evitar la actividad física cuando haga calor excesivo, especialmente si hay un nivel de humedad elevado.
- Mantenerse hidratadas bebiendo agua antes, durante y después de la actividad física.
- Evitar participar en actividades de contacto o que conlleven un gran riesgo de caída o puedan limitar la oxigenación (como actividades en altitud si normalmente no se vive a gran altitud).
- Evitar las actividades en posición supina a partir del primer trimestre del embarazo.
- Cuando contemplen participar en competiciones atléticas o se ejerciten muy por encima de los niveles recomendados, las embarazadas deberán solicitar la supervisión de un especialista médico.
- El especialista indicará a las embarazadas cuáles son las señales de peligro ante las que deben parar o limitar su actividad física y consultar de inmediato a un profesional médico cualificado si llegaran a producirse.
- Retomar la actividad física gradualmente después del parto y bajo la supervisión de un profesional médico en caso de cesárea.
Beneficios de la actividad física en embarazadas
- Mantenimiento de niveles de condición física aeróbica y musculo esquelética en la etapa prenatal.
- Prevención de la ganancia de excesivo peso de la madre gestante.
- Facilitación del parto y recuperación post-parto.
- Promoción de una buena postura.
- Prevención de la intolerancia a la glucosa en la etapa gestacional.
- Prevención del dolor de espalda lumbar.
- Mejor ajuste psicológico a los cambios del embarazo y disminución de depresión post-parto.
Lo importante es evitar el sedentarismo en todas las edades y condiciones. Todo movimiento realizado en casa o en el trabajo cuenta y contribuye de forma positiva a mejorar la salud y la calidad de vida.