Jailyn Wagner, joven de 20 años, fue arrestado ayer como sospechoso de matar a dos hombres con seis días de diferencia en la misma esquina de una calle de El Bronx el verano pasado.
Wagner fue arrestado en un refugio de East Harlem el lunes y acusado de homicidio y posesión de armas. No tenía arrestos previos.
La primera víctima, Idriss Cherif El Farissy, de 28 años, recibió un disparo en la cabeza el pasado 23 de julio justo afuera de su casa en E. 176th St. cerca de Mohegan Ave. y Crotona Park poco antes de las 3 a.m., dijo la policía de Nueva York.
El pistolero fue visto hurgando en los bolsillos de El Farissy antes de salir corriendo. La víctima, un inmigrante marroquí y repartidor de pizzas “Papa Johns” que acababa de llegar a casa del trabajo y estaba aparcando su auto, murió en el lugar.
“Sabíamos que en algún momento quien hiciera esto iba a ser arrestado”, dijo la prometida de El Farissy, María. Y afirmó que Wagner es el hijo del ex inquilino de la pareja. “Obviamente estamos devastados por la noticia de que era alguien que conocíamos”, declaró. “Pero también estamos muy contentos de que esa persona esté detenida”.
“Él vivía allí”, dijo señalando. “Sólo lo veíamos entrar y salir. Nunca tuvimos una relación real con él. No éramos amigos de los vecinos ni nada por el estilo. Por supuesto, fue impactante. La mujer estaba en casa cuando su prometido fue asesinado. “Estaba dentro de la casa y estuve hablando con (la víctima) por teléfono durante unos minutos”, relató. “Recuerdo que me dijo que iba a estacionar el auto. Entonces colgó… Luego escuché disparos afuera. Entonces salí y él estaba en el piso”.
Días después, cerca de las 8 p.m. del 29 de julio Román Martínez, de 39 años, recibió varios disparos en la cabeza por parte de un hombre que disparó contra la casa rodante donde vivía la víctima después de su reciente divorcio.
La policía dijo que los testigos, además de videos y fotos que luego se dieron a conocer a los medios, ayudaron a identificar a Wagner como el sospechoso. No quedó claro de inmediato cuándo los investigadores se dieron cuenta de que ambas víctimas habían recibido disparos del mismo pistolero, ni los motivos de ambos ataques mortales.
Todos los cargos son meras acusaciones y se presume que las personas procesadas son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad en un tribunal.
