En octubre de 2022, un importante asistente del alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, envió un correo electrónico a un par de funcionarios de la Casa Blanca para hacer sonar la alarma.
“Queríamos avisar que interceptamos cuatro autobuses que se dirigían a la oficina de la representante Alexandria Ocasio-Cortez esta mañana desde McAllen, Texas, y los dirigimos a la Autoridad Portuaria”, escribió la asistente del alcalde Tiffany Raspberry. “No habíamos recibido ningún autobús desde McAllen, Texas, hasta hoy”.
En ese momento, la ciudad de Nueva York estaba en el lado receptor de media docena o más de autobuses llenos de migrantes provenientes de la frontera sur, según información publicado en periódico local
Muchos de los autobuses habían sido alquilados por el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, y otros funcionarios de estados republicanos como un acto de protesta política.
Un mes antes, Ocasio-Cortez, demócrata del Bronx, había insinuado que los “políticos de extrema derecha” estaban cometiendo “crímenes contra la humanidad contra los refugiados”. Era lógico pensar que los autobuses que se dirigían a su oficina podían marcar una escalada republicana.
Excepto que los autobuses en realidad no se dirigían a la oficina de Ocasio-Cortez. Cuando Gothamist preguntó a la agencia de Gestión de Emergencias de la ciudad sobre los autobuses que supuestamente había interceptado, la agencia dijo que sí recibió una pista que sugería eso, pero después de una investigación más profunda “finalmente encontró que era infundada”.
Los mensajes se extienden desde fines del verano de 2022 hasta la primavera de 2023, y marcan los primeros días de una afluencia de llegadas de migrantes que continúa agotando los recursos de la ciudad y llevando su sistema de refugios al límite, con muchos migrantes obligados a vivir en condiciones de hacinamiento y a trasladarse de un refugio a otro sin previo aviso.
Los documentos ofrecen una mirada tras bambalinas al caos que surgió cuando los funcionarios gubernamentales de otros estados incluidos los de la ciudad de El Paso, liderada por los demócratas comenzaron a enviar migrantes en autobuses a la ciudad de Nueva York, lo que llevó a los funcionarios municipales, estatales y federales a apresurarse para conseguir suficiente espacio de refugio para decenas de miles de recién llegados.
Y los registros sugieren que la estrategia del gobernador Abbott, que buscaba avergonzar a los líderes de los estados demócratas al obligarlos a lidiar con grandes llegadas repentinas de personas, estaba funcionando.
En un correo electrónico con el asunto “Crisis migratoria”, la vicealcaldesa Anne Williams-Isom le dijo al administrador regional de FEMA, David Warrington: “Ahora estamos recibiendo entre 6 y 8 autobuses por día, cientos de personas, y la mayoría termina en nuestro sistema de refugios”.
Eso fue en septiembre de 2022, solo unos meses después de que Abbott comenzara a enviar autobuses a la ciudad .
Williams-Isom, quien lidera la respuesta a los inmigrantes de la ciudad, expresó su preocupación por la “falta de coordinación” en lo que respecta a los autobuses que llegan a la ciudad de Nueva York. La ciudad, dijo, no sabía cuándo llegarían los autobuses y algunos no se dirigían a la terminal de autobuses de la Autoridad Portuaria como era requerido.
«Necesitamos esta coordinación para todas las llegadas de autobuses, y necesitamos su ayuda para desviar a la gente, ya que Nueva York parece no ser [sic] el destino final de muchas personas», escribió.
Más de un año después, la ciudad demandaría a una serie de empresas de autobuses que supuestamente transportaban inmigrantes a la ciudad de Nueva York bajo el programa de Abbott. La demanda está en curso.
El correo electrónico de Raspberry a la Casa Blanca sobre los autobuses a la oficina de Ocasio-Cortez llegó un mes después de que Williams-Isom suplicara a FEMA. Los funcionarios federales lo pasaron antes de que FEMA finalmente se comunicara con Christina Farrell, primera subcomisionada de Manejo de Emergencias de la Ciudad de Nueva York, para «confirmar la verdad» del reclamo, como escribió un funcionario de FEMA.
En respuesta, Farrell le dijo al funcionario de FEMA que la llamara. Farrell refirió a Gothamist al portavoz de la agencia, Aries Dela Cruz, quien dijo que NYCEM recibió “un mensaje de voz en nuestra línea entrante” sobre los autobuses a los que Raspberry se había referido en su correo electrónico. Pero tras una investigación más profunda, la agencia «al final no tenía nada que respondiera o fundamentado», dijo.
Alertar al gobierno federal sobre posibles autobuses de inmigrantes que se dirigían a la ciudad de Nueva York era un procedimiento estándar en los primeros días del aumento de inmigrantes, según el Ayuntamiento.
Al final, ningún migrante fue transportado a la oficina de Ocasio-Cortez, que no respondió a las solicitudes de comentarios.
Mientras tanto, las llegadas de inmigrantes a la ciudad se han desacelerado desde que el presidente Joe Biden tomó medidas enérgicas contra los solicitantes de asilo en la frontera sur el mes pasado. Pero el tema sigue siendo muy controvertido en todo el país y en Nueva York, donde un puñado de distritos electorales suburbanos este noviembre podrían ayudar a determinar si los demócratas o los republicanos obtienen el control de la Cámara de Representantes.
Según la administración Adams, alrededor de 900 inmigrantes fueron procesados a través del sistema de albergues de la ciudad en la primera semana de julio.
Según el New York Post, esa cifra es inferior a los aproximadamente 1.100 a 1.500 inmigrantes que habían llegado semanalmente desde marzo y a un máximo de 4.000 a principios de año.
Dado que el número de recién llegados está disminuyendo, Williams-Isom dijo que la ciudad reforzará aún más sus esfuerzos para sacar a la gente de sus refugios.
«Ahora realmente tenemos que acelerar la cantidad de personas que salen para que podamos ver cómo baja el censo porque eso es realmente lo que necesitamos hacer para realmente ahorrar fondos y hacer avanzar a la gente», dijo. periodistas el martes.
Cuando un periodista le preguntó a Adams la semana pasada sobre el uso político del aumento de inmigrantes como arma, el alcalde citó al legendario locutor deportivo local Warner Wolf: “Vayamos a las cintas de vídeo”. Adams promocionó sus primeras advertencias sobre la tensión que el aumento masivo de recién llegados tendría en las ciudades de todo el país, incluida la ciudad de Nueva York.
“Vimos venir esto como vimos el problema del crimen”, dijo. “Cuando pasas suficiente tiempo en las calles, puedes escuchar las voces de la gente en las calles. Sabíamos que se trataba de un problema y sabíamos que se podría haber gestionado mejor si los recursos se hubieran entregado a las ciudades”.
