El búho nival es un ave difícil de captar aún en su hábitat natural: el ártico. Su plumaje blanco le da un aspecto fantasmagórico y le convierte en un rey del camuflaje. Normalmente están todo el año en la tundra, pero pueden emigrar hacia el sur. En este proceso, que se denomina irrupción, pueden llegar a detenerse en zonas como aeropuertos o playas.
Sin embargo, no es muy habitual que se detengan en una ciudad. Mucho menos en un campo de béisbol en Central Park. De hecho, no se recuerda un avistamiento similar en el neoyorquino parque desde hace más de un siglo.
El búho nival generó tanta expectación que más de 100 personas se reunieron para fotografiarlo: «Es una mega rareza», aseguró la directora de desarrollo de NYC Audubon, Kelly Rosenheim a la CBS. «Este es un avistamiento muy importante. Es extremadamente raro en Manhattan».
No faltaron los fans de Harry Potter, ya que la lechuza que le acompañan en las películas, Hedwig, en realidad es un búho nival. Con el éxito de esta saga, estos animales se han puesto en peligro. Según dos investigadores de Oxford Brookes, la saga de J.K. Roling es culpable de que este animal se encuentre en peligro de extinción: el mercado ilegal en Asia se ha disparado.
En 2001, cuando se lanzó la primera película, se vendían aproximadamente 100 ejemplares al año, como recoge Infobae. En 2016, ya se había disparado a los 13 mil ejemplares. Estos animales son salvajes y, si viven en cautividad, se acorta considerablemente su esperanza de vida.
La caza del búho nival ha sido tan alarmante que la propia creadora de Harry Potter, la escritora J.K. Rowling ha asegurado en reiteradas ocasiones que «los que creen que son buenas mascotas, están muy equivocados».
